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Fabiola Yáñez denuncia que Alberto Fernández la obligó a abortar y ahora amenaza con llevarse a su hijo

El kirchnerista con "sed de control" la "culpaba de sus problemas políticos": "Tenía que escribirle al móvil cada 3 minutos"

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Paula M. Gonzálvez

La declaración de Fabiola Yáñez, ex mujer del kirchnerista Alberto Fernández, ha retratado al ex presidente de Argentina como un hombre «con sed de control» que ejerció «abuso de poder» sobre Yáñez. La ex primera dama ha relatado haber vivido un infierno junto a Fernández, al que denunció por violencia machista y al que ha acusado este martes de amenazarla con quitarle a su hijo, de obligarla a abortar y de mantener reuniones donde consumía marihuana. Horas más tarde de la denuncia de Yáñez por malos tratos la pasada semana, se hicieron públicas unas fotografías en las que la actriz y periodista aparece con significativos hematomas, propios de los infligidos por una brutal paliza.

Fabiola Yáñez, que fue pareja del ex mandatario entre 2019 y 2023, ha declarado este martes ante la Justicia argentina, por videoconferencia desde Madrid, donde reside actualmente con el hijo de 2 años que tienen en común. La actriz ha ratificado ante el fiscal su testimonio: que el kirchnerista le pegó varias veces y la agarró por el cuello hasta el punto de provocarle graves lesiones. La violencia del ex presidente argentino cobró fuerza en el año 2023, el último de su mandato en la República, según su testimonio, dado que la «culpaba de sus problemas políticos».

«Abuso de poder»

La ex mujer de Fernández no ha aportado nuevas pruebas, aunque ha detallado que sí cuenta con ellas y que las remitirá a la Justicia. Además, la ex primera dama ha solicitado que se investigue el delito de «lesiones graves» en lugar de «leves», «agravados por el vínculo y por haber sido cometidos en un contexto de violencia de género bajo abuso de poder y autoridad, en concurso real con amenazas coactivas». Durante su relato también contó algunos detalles del tratamiento psiquiátrico al que se tuvo que someter a consecuencia de estos episodios.

Al hilo de los trastornos provocados por los que acabó en tratamiento psiquiátrico, la periodista ha confesado que también comenzó a consumir alcohol. Su dependencia del mismo comenzó cuando Alberto Fernández la «obligó a abortar» en 2016, ha declarado, poco después de que se fueran a vivir juntos al bario de Puerto Madero, en Buenos Aires. Se comprometieron en mayo de ese mismo año en París y «al tiempo» se quedó embarazada: «La alegría y la sorpresa de mi parte era inmensa, hasta que se lo conté a él (…) Me dijo ‘esto no puede pasar, estoy en shock’».

«Comenzó a ignorarme por completo. Vivíamos en la misma casa, pero dejó de hablarme. No me dirigía la palabra en absoluto. Pasé a ser un mueble en mi propio hogar y cargando a su hijo en mi vientre. Me decía ‘no puedo decirle a nadie que voy a tener un hijo con vos en tan poco tiempo’, y yo le decía ‘¿pero entonces por qué no me lo dijiste? Nos hubiésemos cuidado’. Él me decía: ‘Hay que resolverlo, tienes que abortar’», ha detallado.

«Su desprecio» y «su sed de control»

Ese fue el punto de partida de «los malos tratos y el hostigamiento», ha confesado, cuando comenzó «su desprecio y su rechazo», con «patadas en el estómago». En cuanto al hijo que tienen en común y que vive en Madrid con su madre, Yáñez ha indicado que el político «ha amenazado varias veces» con quitárselo y con no dejar que lo vuelva «a ver nunca más». «Tengo miedo de que me pase algo, porque con quién se va a quedar él», ha expresado con preocupación.

No sólo se trataba de un maltrato físico, ha aseverado, sino que también vio vulnerada su «autoestima y autonomía»: «Tenía que responder a sus mensajes cada tres minutos, por lo que opté por dejar de salir y dejé de frecuentar amistades, salvo alguna amiga con la que me reunía a cenar en mi casa. Lo insólito era que, mientras yo me quedaba en casa con una amiga a cenar para que él saciara su sed de control, él salía para estar con otras mujeres, lo que finalmente descubrí».

Precisamente hace unos días salió a la luz que la supuesta amante del peronista -la presentadora y actriz argentina Tamara Pettinato- había estado en el despacho presidencial de la Casa Rosada tomando una cerveza con Fernández cuando éste estaba casado con la ex primera dama. De hecho, estas no son las únicas imágenes que «merodean lo sexual», según las cabeceras locales, dado que hay más que señalan que la residencia presidencial, la Quinta de Olivos, era un escenario de continuo jolgorio.

Asimismo, Fabiola Yáñez ha relatado en la audiencia que Fernández «bebía» en reuniones en las que «se juntaba con sus amigos hippies» y en las que «fumaba marihuana». La declaración de la ex primera dama ha durado casi cuatro horas en las que se le ha visto en varias ocasiones emocionada y con la voz quebrada.

Fabiola Yáñez se decidió a denunciar a Alberto Fernández cuando la Justicia argentina se topó con conversaciones e imágenes -que salieron a la luz poco después- que apuntaban a la comisión del delito de «lesiones leves en contexto de violencia de género». Las encontraron en el marco de la investigación por tráfico de influencias al peronista. La mujer dijo ser víctima de «terrorismo psicológico» incluso en la actualidad.

Por su parte, Alberto Fernández, que presumió en su momento de ser «el primer presidente feminista» de Argentina que iba a «acabar con el patriarcado», ha dicho ser «víctima de una conspiración».

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