Sanna Marin deja la política y se une al instituto globalista de Tony Blair que financia Soros
El Instituto de Tony Blair emplea a más de 800 personas en todo el mundo, algunas con salarios de hasta 550.000 euros
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La ex primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, la que fuera la más joven del mundo, ha anunciado que abandona la política para trabajar para el Instituto Tony Blair para el Cambio Global, una «Fundación Clinton» británica que combina filantropía, negocios e influencia política y que está dirigida por el ex primer ministro laborista británico.
Dicha organización tiene a grandes corporaciones mundiales entre sus grandes donantes, siempre con el sesgo de izquierdas en la que Blair siempre ha militado, a pesar de su vieja amistad con el republicano George W. Bush o su apoyo a la guerra de Irak. De hecho, George Soros es uno de sus importantes financiadores a través de su Open Society Foundations y con quien comparte intereses y agenda política en los países donde trabaja.
El Instituto Tony Blair para el Cambio Global, conocido como TBI, nació en 2017 y ahora emplea a más de 800 personas en todo el mundo, algunas con salarios de hasta 550.000 euros. Tiene oficinas en Londres, Nueva York, San Francisco, Abu Dabi, Singapur y Accra.
La empresa de Blair asesora a los gobiernos sobre cómo gobernar y al mismo tiempo actúa como intermediario entre los actores políticos y las elites del mundo. Por encima de todo, por supuesto, está el propio Blair quien decide en qué debería centrarse la organización, a quién debería ayudar y hacia dónde debería expandirse. Como si fuera socio principal de una firma de abogados, Blair atrae a los nuevos clientes, utilizando sus conexiones con los ricos y poderosos.
Por eso Sanna Marin juega un papel relevante en la estrategia de crecimiento de la que se conoce como Tony Blair SA.
Marin, de 37 años, lideró la coalición de centroizquierda finlandesa hasta abril y bajo su mandato Finlandia se unió a la OTAN, rompiendo con su tradicional neutralidad.
Sin embargo, fue objeto de críticas dentro y fuera del país por sus fiestas con presencia de drogas en la residencia oficial y que además de provocarle una crisis de popularidad en Finlandia le obligó a someterse a un test de drogas de carácter público, aunque ella dijo que era para disipar dudas.
Marin se unirá al Instituto Tony Blair para el Cambio Global en octubre para ejercer de «consejera estratégica».
«La tarea será ser asesora de diferentes países, gobiernos y líderes en temas de políticas que me resultan familiares, como la buena gobernanza, la tecnología, el clima, la igualdad de género y otros temas con los que he tenido que trabajar», dijo.
Facturación millonaria
Hoy en día, la «labor de asesoramiento gubernamental» es el origen de casi la totalidad de los ingresos de la empresa, generando 82 millones de euros de facturación de los 84 millones de 2021, según las últimas cuentas.
«Es hora de seguir adelante», dijo Marin a la emisora pública finlandesa YLE. «Estoy deseando asumir un nuevo papel. Creo que también puede beneficiar a Finlandia», añadió exhibiendo su participación en las puertas giratorias de la escena global de la izquierda, donde sus dirigentes pasan de defender un estilo de vida austero antes de ocupar puestos de relevancia a abrazar la riqueza y el dinero como si no hubiera un mañana.
Lo llamativo es que su explicación dada a la opinión pública se enfoque como una especie de servicio patriótico en lugar de lo que es, un salto a la fama: «Creo que puedo servir bien a esos votantes (en Finlandia) y tal vez incluso mejor en la nueva asignación», afirmó al anunciar su salida del parlamento finlandés.
Blair además representó un elemento disruptivo en la política británica. Cuando Margaret Thatcher dimitió como primera ministra, pasó a formar parte de la Cámara de los Lores. Cuando John Major dejó el cargo, se convirtió en presidente de un club de cricket. Gordon Brown se convirtió en enviado especial de la ONU, David Cameron asumió varios cargos de presidencia, Theresa May y Liz Truss permanecieron en el parlamento y Boris Johnson volvió a su antigua vida escribiendo columnas de opinión.