La revuelta Laborista estrecha el cerco sobre un Corbyn que tiene el favor de los sindicatos
El grupo parlamentario del Partido Laborista ultima el golpe al liderazgo de Jeremy Corbyn con la presentación de una candidatura alternativa que desafíe abiertamente la continuidad de un dirigente que este mismo martes perdía una moción de censura no vinculante pero que evidencia la pérdida del apoyo de los diputados que están en Westminster.
Junto a la supervivencia política de un Corbyn apelado esta jornada a abandonar, entre otros, por el todavía primer ministro, David Cameron, su antecesor, Ed Miliband, o el predecesor de ambos, el ex ‘premier’ Gordon Brown, en el Laborismo se juega una batalla en paralelo para decidir quién debería presentarse como aspirante al cetro del partido, un debate encabezado por dos nombres: el vicelíder, Tom Watson; y la diputada Angela Eagle.
Ambos se han embarcado en una lucha de poder en torno a quién presenta el mejor potencial para unir a una formación al borde de la guerra civil. Pese a que estaba previsto que mantuviesen una reunión este miércoles, de momento mantienen la incógnita acerca de la identidad de quién retará la permanencia de un Corbyn que ha ignorado la votación de ayer por carecer de «legitimidad constitucional».
Con todo, su equipo asume que habrá una contienda por el liderazgo, si bien confían en que el apoyo que el todavía jefe del partido cuenta entre las bases le permita mantener el cargo. Como prueba del respaldo de la militancia, esta misma noche está prevista su participación en una marcha organizada por el movimiento Momentum, que defiende la prolongación de su reinado.
La presión es, sin embargo, notable tras la pérdida del favor de Miliband, una de las voces que lo había auxiliado en tiempos de crisis y quien se ha dirigido ya a los electores del distrito que representa para explicarles su cambio de postura; así como de Harriet Harman, hasta septiembre vicelíder laborista, una de las figuras con más poder en el partido en los últimos años y, crucialmente, alguien que había mantenido la neutralidad en los sucesivos procesos de sucesión.
De momento, Corbyn mantiene a su favor el apoyo de la militancia y, crucialmente, de los sindicatos, lo que le asegura una robusta posición de salida para superar el magnicidio. Las centrales sindicales son claves en el Laborismo, al que facilitan tanto apoyo financiero como logístico, con la dotación de personal para la clave organización de campañas y contacto con el electorado.
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