LEÓN XIV

Por qué el Papa León XIV rezó a la Virgen del Buen Consejo: los signos que revelan su devoción a María

La Virgen del Buen Consejo está custodiada por los agustinos y se le considera muy milagrosa

El Papa León XIII la incluyó en las letanías del Santo Rosario

Papa León XIV Virgen
Paula Ciordia

No ha pasado ni una semana de que resultase elegido el Papa León XIV. Sin embargo, el Sumo Pontífice ha marcado desde su primera intervención en el balcón de la plaza de San Pedro su devoción a la Virgen María.

En este sentido, León XIV es el primer Papa que se tenga constancia en la historia de la Iglesia reciente que en su presentación al pueblo católico se haya arrancado a rezar un Ave María y que haya unido –desde el primer momento de su Pontificado– en oración a miles de millones de católicos en el mundo, que seguían en directo todo lo que estaba sucediendo en la plaza de San Pedro.

El agustino ha comenzado su Pontificado haciendo gala de un simbolismo que está empezando a marcar el estilo de su Pontificado, como es la decisión de realizar su primera visita  a la Virgen del Buen Consejo. ¿Por qué es tan importante para Robert Prevost esta imagen y por qué guarda una estrecha relación con los agustinos?

La Virgen del Buen Consejo y León XIII

Si en las primeras horas como Papa, León XIV unió a todos los fieles en oración, al día siguiente decidió visitar en una visita privada el Santuario de la Madre del Buen Consejo situada en Genazzano, una localidad muy próxima a Roma, a sólo 40 km.

¿Por qué rezó ante esta imagen el Papa y qué nos quiere decir? El Santuario está regentado por los religiosos de la Orden de San Agustín, y alberga una antigua imagen muy querida por la Orden, por la memoria de León XIII y ante la que San Juan Pablo II recitaba una oración.

Se trata de una imagen del Santa Virgen del Buen Consejo que, según la tradición, «apareció milagrosamente sobre la pared» de esta iglesia el día 25 de abril de 1467, coincidiendo con la fiesta de San Marcos.

A partir de este momento, no han parado de producirse peregrinaciones a esta imagen y se contabilizan un número extraordinario de gracias y milagros por intercesión de María.

Pero la historia no queda ahí. Hay otro signo más relacionado con esta Virgen y que sería otro motivo –que ha pasado desapercibido hasta ahora– que habría hecho que Robert Prevost se decantase por el nombre de León XIV.

Su antecesor León XIII fue quien elevó el Santuario a la categoría de Basílica Menor –el 7 de marzo de 1903– y, ese mismo año –el 22 de abril–, introdujo en la letanía del Santo Rosario la invocación a la Madre del Buen Consejo.

Un detalle que cobra un fuerte sentido si se tiene en cuenta que el buen consejo de María lo encontramos en la escena evangélica de las Bodas de Canáa, y que el propio León XIV recordó este sábado ante la gente de Genazzano, reiterando «su confianza» a la Virgen, a quien definió como «compañera de luz y sabiduría», citando las palabras dirigidas por María a los sirvientes dicho pasaje, recogidas en el Evangelio de Juan: «Lo que ella os diga, hacedlo».

El Papa León XIV y la devoción a la Virgen

De hecho, según se ha sabido, de las primeras cosas que hizo Robert Prevost, cuando fue elegido Prior General de la Orden de San Agustín en 2002, fue ir a rezar a la Madre del Buen Consejo en Gennazaro. Si bien, ya en 1999 fue elegido Prior Provincial de la Provincia Agustiniana Madre del Buen Consejo de Chicago.

De tal forma que nuevamente, el Papa León XIV decidió acudir a la Virgen del Buen Consejo para ponerse bajo su protección y amparo como Madre de Dios. Él mismo reconoció ante los presentes que se arremolinaban en la iglesia de Genazzano que tenía «muchas ganas de venir en los primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado para llevar a cabo esta misión como Sucesor de Pedro».

El mes de mayo y María

Este domingo, un sólo día después de visitar la imagen del Buen Consejo, León XIV volvió a desear ante los miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro, para orar el Regina Coeli que «la Virgen María, cuya vida entera fue una respuesta a la llamada del Señor, nos acompañe siempre en el seguimiento de Jesús».

Ésta era también su primera aparición ya como Papa ante los fieles, donde puso al amparo de la Virgen María la súplica dirigida al cielo para lograr el «milagro de la paz» ante el riesgo de «una tercera guerra mundial»: «Confío esta sentida súplica a la Reina de la Paz para que la presente al Señor Jesús y nos obtenga el milagro de la paz».

Una plegaria llena de simbolismo –dado que Reina de la Paz es otra de las letanías del rezo del Rosario– y que no se nos puede pasar por alto teniendo en cuenta que, la celebración del cónclave que ha resultado en su nombramiento, ha acontecido en mayo, precisamente en el mes consagrado a María.

Y no sólo eso: la elección está enmarcada en otra fecha muy simbólica que se celebra este martes, como es la Virgen de Fátima, a quien el Papa Francisco rezó por Rusia y Ucrania el pasado 2022 ante su imagen, y que está considerada la imagen más mariana del Santo Rosario.

Un conflicto sobre el que el Papa León XIV se refirió explícitamente este domingo en la plaza de San Pedro, y que resulta nuevamente una asombrosa coincidencia, teniendo en cuenta que en su primera aparición dominical del Papa ha coincidido con el Regina Coeliuna de las tres antífonas dedicadas a María– que sustituye al rezo del Ángelus durante el tiempo pascual hasta la hora nona del domingo de Pentecostés –que se celebrará el próximo 8 de junio–.

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