Putin liquida Memorial, la ONG fundada por Sájarov para defender la libertad ante el terror comunista
Vladimir Putin se ha salido con la suya, en un nuevo ataque a las libertades en Rusia, toda vez que el Tribunal Supremo de Rusia ha anunciado la orden de disolver la ONG Memorial, que había sido señalada por el régimen y, en consecuencia, marcada como «agente extranjero». Esa calificación es una categoría que el régimen ruso se sacó hace algún tiempo de la manga para señalar a organizaciones opositoras para ilegalizarlas, detener miembros y cortar su financiación.
La ONG Memorial fue fundada en 1989, durante la Perestroika, por el Nobel de la Paz Andréi Sájarov, que es quien da nombre al premio que la Unión Europea entrega cada año a luchadores por los Derechos Humanos y que este año fue entregado precisamente al opositor ruso Alexei Navalny, actualmente preso en una cárcel rusa.
La abogada de Memorial ha denunciado como «ilegal» e «infundada» la decisión de la juez rusa de que «se satisfaga la petición de la Fiscalía sobre la liquidación de Memorial», anunciando que apelará. La medida del Supremo afecta además a todas las estructuras vinculadas a Memorial.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ya mostró en noviembre su «preocupación» por la petición de la Fiscalía y afirmó que las autoridades usan la designación de «agente extranjero» para «etiquetar a aquellos que consideran que son organizaciones financiadas desde el extranjero y que participan en ‘actividades políticas’».
Tras la sentencia, la directora del Programa para Europa Oriental y Asia Central de Amnistía Internacional, Marie Struthers, ha reprochado que la decisión es un «grave insulto» para la organización de Derechos Humanos, «muy respetada» y que ha trabajado «incansablemente para documentar las atrocidades y la represión política» llevadas a cabo bajo varios dirigentes soviéticos.
«Al cerrar la organización, las autoridades rusas pisotean la memoria de millones de víctimas perdidas en el Gulag» y representa un «ataque directo a los derechos de libertad de expresión y asociación», ha agregado Struthers.
Desde Amnistía Internacional también han criticado el uso por parte de las autoridades rusas de la ley de «agentes extranjeros» para disolver la organización al suponer un «ataque flagrante a la sociedad civil que pretende difuminar la memoria nacional de la represión estatal». Por tanto, se trata de una decisión que «debe ser revocada inmediatamente», ha exigido Struthers.
También se ha sumado a las críticas el embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, que se ha mostrado «consternado» por la decisión del Supremo ruso de cerrar Memorial, «una de las organizaciones de Derechos Humanos más antiguas y prominentes de Rusia». Se trata de «un intento flagrante y trágico de suprimir la libertad de expresión y borrar la historia», ha indicado a través del portavoz de la Embajada estadounidense, Jason Rebholz.
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