Un policía español atrapado en Odesa: «Mi mujer es ucraniana y no voy a volver sin ella»
José María Moreno y su mujer Sandra viajaron desde Valencia hasta Ucrania para visitar a la familia de ella el pasado 1 de febrero, cuando desde hacía días se venía anunciando una inminente invasión de Ucrania por parte de Rusia. De hecho, el Ministerio de Exteriores español llevaba tiempo advirtiendo a los españoles que no viajaran a Ucrania debido a “la volatilidad” de la situación con Rusia. Estos avisos comenzaron a intensificarse desde mediados del pasado mes de enero, pero eso no cambió los planes de José María y Sandra, quienes volaron desde España hasta el país que desde hace unos días está siendo invadido por el ejército ruso. Este policía español atrapado en Odesa lo tiene claro: “Mi mujer es ucraniana pero no valoro la idea de volver sin ella. No voy a volver sin ella”.
José María trabaja como oficial del Cuerpo Nacional de Policía en Valencia y desde hace dos años vive allí con su mujer Sandra, ucraniana de nacimiento y residente en España. Por eso, cada año, la pareja dedica varias semanas a visitar a la familia de ella en Odesa, a unos 500 kilómetros de Kiev, lugar desde donde salieron los españoles evacuados y escoltados por policías del Grupo Especial de Operaciones, lo que también complicó la posible extracción de José María y de su mujer.
Todo se ha complicado para poder traer de vuelta a este policía nacional y a su mujer, cuya situación vive con preocupación desde España el hermano del agente, Daniel, que está pendiente del destino de su hermano y de su cuñada desde la ciudad alicantina de Elche. Su hermano asegura que durante los primeros días del conflicto él y su mujer esperaron en Odesa a ser contactados por parte de las autoridades consulares para ser extraídos del país, algo que si bien a día de hoy no se ha producido las autoridades españolas matizan los motivos.
La evacuación de ciudadanos de otras nacionalidades de territorio ucraniano no está siendo sencilla, y como ejemplo, basta fijarse en el periplo de los convoyes que con ciudadanos españoles salieron de Kiev, la capital del país, para llegar a la frontera circulando por carreteras secundarias y menos vigiladas, escoltados en todo momento por agentes del GEO. Esos primeros evacuados tardaron interminables horas en conseguir abandonar el país.
Demasiado lejos de Kiev
El pasado 25 de febrero, cuando el inicio de la invasión rusa ya era un hecho, fuentes consulares españolas aseguran que fue cuando José María contactó con ellos mediante correo electrónico para saber cómo podían evacuarlos a él y a su mujer. Las autoridades españolas le explicaron que en ese momento sólo podían practicar evacuaciones desde Kiev y que les resultaba imposible desplazarse hasta Odesa, a 500 kilómetros de distancia, para recogerlos, así que remitieron al policía español y a su mujer a las recomendaciones de seguridad vigentes para ciudadanos españoles en Ucrania: mantenerse en lugar seguro y evitar los desplazamientos salvo que estos sean estrictamente necesarios.
Otro de los problemas con los que se ha encontrado José María es que, al estar en el país de visita, vamos, lo más semejante a un turista, parece que no estaba inscrito en el listado de unos 500 residentes que el Ministerio de Exteriores tenía censados en Ucrania, la mayoría en Kiev. De hecho, al parecer en Odesa hay cerca de una decena de españoles que están en similar situación a la del policía nacional y su mujer.
La situación en Odesa todavía no alcanza la gravedad de las de otros puntos de Ucrania donde ya se registran constantes bombardeos e incluso escaramuzas entre tropas rusas y ucranianas, pero, aun así, el sonido de las sirenas antiaéreas se ha convertido en un aviso diario que les recuerda que pese a no ver la guerra todavía en las calles de Odesa el conflicto está cada vez más cerca de ellos.
Para la elaboración de este artículo OKDIARIO se le ha solicitado a José María un vídeo que trate de resumir mejor que nuestras palabras la situación de lo que están viviendo allí él y su mujer. Justo cuando se disponía a grabarlo las sirenas lo han interrumpido, momento que él ha aprovechado para buscar refugio mientras grababa el incesante sonido de unas alarmas que de forma súbita recuerdan a todos en cualquier lugar de Ucrania que están viviendo en un país en guerra.