Ucrania resiste tras otra noche de asedio mientras Rusia prepara un descomunal convoy para atacar Kiev

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Rafael Gallego

Kiev ha superado la sexta noche de asedio por parte del Ejército invasor ruso y el primer día tras el levantamiento del toque de queda que imperó durante el fin de semana en la capital. Lo hace alimentada por la esperanza que supone el hecho de que la Unión Europea empieza a desperezarse y, al menos, ya se organiza para enviar armamento militar para ayudar en su defensa.  Al mismo tiempo, sigue cada vez más presente la inquietud provocada por la escalada en la amenaza de una Rusia cada vez más a la desesperada en su ofensiva. Lo que el Kremlin preveía como una invasión exprés se está convirtiendo en una enconada batalla. Y, en el horizonte, el terrible convoy ruso que se dirige hacia Kiev, cada vez más cerca.

Camino de la capital de Ucrania se dibuja una descomunal -¡67 kilómetros!- fila de carros blindados y camiones con militares que conforman el grueso del equipo enviado por Putin para tratar de tomar de una vez por todas el control de Kiev. Se trata del convoy que se observa en la imagen que ilustra esta crónica tomada vía satélite.

Ante la amenaza que se cierne sobre la capital, los ciudadanos ucranianos se preparan para una lucha calle a calle en la que, hasta ahora, los rusos están sufriendo, a la espera de que llegue el armamento europeo y norteamericano.

El panorama más preocupante para Ucrania es el que ofrecen las evaluaciones llevadas a cabo por los norteamericanos, que relatan que hasta el momento sólo han entrado en Ucrania en torno a un cuarto de las tropas que Rusia había desplegado en torno a las fronteras del país, lo que les lleva a identificar una potencial «segunda ola» en el ataque, una ofensiva en la que Putin podría ordenar menos contención en los bombardeos.

Una fuente cercana al Ejército estadounidense citada por la CNN asegura que «desde un punto de vista estrictamente militar, Rusia tiene el poder y la capacidad bélica para tomar Kiev, no hay ninguna duda al respecto, y no importa cuanta resistencia opongan los ucranianos». Aquí entra en juego el armamento con el que desde Europa se empieza a surtir al Ejército ucraniano. En este sentido, España se mantiene en el cada vez más exiguo grupo de los países que no han enviado armas letales a Ucrania, sólo cascos, chalecos o mascarillas. La actuación española, mientras Podemos sigue criticando cualquier implicación en favor de Ucrania y en contra de Rusia, se limita a participar en el fondo de 450 millones que la Unión Europea ha aprobado para apoyar militarmente al país agredido.

«La invasión va más lenta de lo programado», reza un briefing clasificado del Gobierno de Estados Unidos, según ha relatado el senador Chris Murphy, quien también ha revelado que EEUU espera que la batalla en Kiev va a ser «larga y sangrienta». Según los informes norteamericanos, el objetivo de Rusia ahora es cortar el suministro de armamento al Ejército ucraniano aislando la capital. «Los ucranianos se están preparando rápidamente y calle a calle para combatir», explica este senador sobre el contenido del mencionado informe.

La cruenta batalla de Járkiv

La ciudad de Járkiv, al noreste del país, la segunda más poblada de Ucrania, se ha convertido en los últimos tres días en una de las zonas más calientes en la ofensiva rusa. El ejército invasor llegó hasta el centro de la ciudad hace dos noches, pero los locales se resistieron de forma inusitada, recuperando el control de las zonas clave. Desde entonces, Rusia ha elevado el nivel de los ataques. «Creemos que Rusia adaptará sus tácticas sin variar sus planes estratégicos», analiza un ex ministro de Defensa ucraniano, Andriy Zagorodnyuk, que espera «misiles y ataques aéreos en todo el interior del país».

Járkiv (o Járkov, en ruso) es una ciudad donde el idioma ruso es el predominante, está siendo escenario de los más cruentos ataques en las últimas horas, especialmente a través de la fuerza aérea. Hay que subrayar que en la zona este del país son mayoría las zonas donde el idioma ruso es el mayoritario entre la población, lo que no significa que el sentimiento de sus ciudadanos sea prorruso en absoluto, como sí es, en cambio, en las zonas más al este de las regiones de Donetsk y Lugansk, en el extremo este del país.

Putin lanzó esta invasión sobre el relato de que Ucrania estaba atacando a la población de habla rusa. El desarrollo de los acontecimientos muestra que el Ejército que está lanzando los duros ataques sobre estas zonas es el ruso bajo las órdenes del Kremlin.

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