El Papa vuelve a hablar del «mariconeo» en el Vaticano y pide se evite «esta tendencia» en el seminario
Francisco ha 'aclarado' que "los gays son buenos chicos" y ha abordado el peligro de las ideologías en la Iglesia
El Papa Francisco ha insistido en privado en acabar con el ambiente de «mariconeo» que «se respira» en los seminarios: «Los gays son buenos chicos, pero con esa tendencia mejor que no [entren al seminario]». El Pontífice ya instó en una reunión con los obispos italianos, a finales del mes de mayo, a no admitir a los seminaristas homosexuales. Lo hizo al abordar el asunto de la crisis vocacional y referirse a «jóvenes con demasiadas fragilidades».
Al parecer, el Sumo Pontífice habría vuelto a hablar del tema a puerta cerrada este martes, en una reunión con cerca de 200 sacerdotes más en la Universidad Salesiana de Roma, según recogen los medios italianos. Sin embargo, sus palabras han trascendido: Francisco ha reiterado el «ambiente de mariconería que se respira» en el Vaticano. Esta vez, indican las cabeceras del país, habría intentado argumentarlo al indicar que «los gays son buenos chicos, pero con esta tendencia mejor que no [ingresen en el seminario]».
«El Papa habló del peligro de las ideologías en la Iglesia y retomó el tema de la admisión de personas con tendencias homosexuales en los seminarios, reiterando la necesidad de acogerlas y acompañarlas en la Iglesia y la indicación prudencial del Dicasterio para el Clero sobre su ingreso en el seminario», ha señalado por su parte la Oficina de Prensa del Vaticano tras el encuentro de este martes con sacerdotes en la Universidad Salesiana de Roma.
Tras el revuelo generado en mayo por sus declaraciones sobre el «mariconeo» ante los obispos italianos, el Sumo Pontífice se sintió obligado a pedir disculpas, aunque lo dijo también a puerta cerrada y sin periodistas. Aun así, sus palabras trascendieron, como las de este martes.
Las «cosas de mujeres»
Pese a haber pedido perdón, volvió a protagonizar una nueva polémica por unas palabras en las que aludía a las mujeres. Animó a los jóvenes a dejar de lado «los cotilleos y los chismes», porque «son cosas de mujeres». «Los hombres llevamos pantalones, debemos decir las cosas», añadió. Poco antes, en una entrevista, había rechazado la posibilidad de abrir la puerta a diáconas ordenadas o a que las mujeres formen parte del clero: «Las mujeres siempre han tenido, diría, la función de diaconisas sin ser ordenadas, ¿verdad? Las mujeres son de gran servicio como mujeres, no como ministras dentro del orden».
También se ha tratado este martes la importancia de la pastoral hospitalaria y de las dificultades de la ciudad de Roma, entre ellas el tema de la vivienda, concretamente el de la emergencia habitacional. A este respecto, ha invitando a las «congregaciones religiosas con facilidades a la generosidad». A este asunto ha sumado el de la drogadicción y el drama de la soledad, que es el de «los muchos que viven su dolor en la invisibilidad».
Francisco ha subrayado la importancia de la «invisibilidad», precisamente, en la función de los curas: «En la vida de un sacerdote, lo invisible es más importante que lo visible, porque es más denso, más doloroso. Nuestro trabajo como sacerdotes es ir a buscar a estas personas».
Tampoco ha olvidado la situación actual en Europa y en el mundo, y no sólo se ha referido a las guerras en Israel y Palestina y en Ucrania. Ha mencionado «las guerras en curso, en Tierra Santa y Ucrania, pero también en Birmania y en el Congo», y «las enormes inversiones en armas, anticonceptivos, gastos veterinarios y cirugía estética».
En referencia a esto último, ha instado a trabajar «en el magisterio social de la Iglesia y por la paz». Finalmente, ha lamentado que se vivan «tiempos de desconexión y abstencionismo» en la política, a la que ha definido como «la forma más alta de caridad».