Juncker pone fecha para «abolir» el cambio de hora: «En abril de 2019, cada país decide su franja»
El presidente de la Comisión Europea precisó, Jean-Claude Juncker, ya le ha puesto fecha al fin del cambio de hora entre invierno y verano. Este miércoles, Juncker ha revelado que Bruselas quiere terminar con el cambio de hora en la UE «a partir de 2019», aunque corresponderá a los países del bloque decidir en que huso horario ubicarse.
«El cambio de hora debe abolirse», ha dicho el presidente del ejecutivo comunitario ante la Eurocámara reunida en Estrasburgo —en pleno por el Debate sobre el estado de la Unión—, para quien cada país «debe decidir si sus ciudadanos viven en la hora de verano o de invierno».
La generalización del cambio horario entre verano e invierno llegó en 1974, a raíz de la crisis del petróleo. Varios países, entre los que se encontraba España, decidieron aprovechar mejor las horas de sol para lograr ahorros energéticos. A partir de 1996, la medida se institucionalizó en la Unión Europea coordinando las fechas de los ajustes en el último domingo de marzo —se adelanta el reloj 60 minutos— y el último de octubre —se recupera ese cambio—.
La directiva impulsada por la Comisión, que debe contar con el apoyo de la Eurocámara y los países del bloque, propone que como muy tarde en abril de 2019 los países notifiquen con que horario se quedarán: verano o invierno. «Espero que el Parlamento y el Consejo tengan la misma percepción [sobre la necesidad de abolir el cambio de hora] y encuentren soluciones compatibles con nuestro mercado interior. El tiempo apremia», dijo Juncker.
La Comisión Europea deja así libertad a los países del bloque para elegir que huso horario prefieren, si bien les urge a «coordinar su elección con la finalidad de preservar el buen funcionamiento del mercado interior».
Aunque se instauró inicialmente para ahorrar energía, el cambio de hora genera oposición desde hace años. Sus opositores subrayan los efectos negativos para el sueño y la salud, y cuestionan un ahorro de energía real.
Una consulta en línea llevada a cabo este verano por la Comisión Europea mostró que el 84% de los 4,6 millones de personas que votaron apoyaron poner fin a esta medida.