El Gobierno de Perú declara el estado de emergencia en Lima y Callao: «Las guerras se ganan con acciones»
"Pasamos de la defensiva a la ofensiva en la lucha contra el crimen", ha dicho el presidente de Perú, José Jerí


El Gobierno de Perú ha declarado el estado de emergencia en la capital, Lima, y en la vecina ciudad de Callao para llevar a cabo un «nuevo enfoque» en la lucha «contra el crimen»: «Pasamos de la defensiva a la ofensiva», ha declarado el presidente José Jerí. La declaración del estado de emergencia conlleva la restricción o suspensión de «los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personales, inviolabilidad de domicilio, libertad de reunión y de tránsito en el territorio».
El mandatario ha aclarado que el estado de emergencia se extenderá, en un principio, por un periodo de 30 días. Con esta decisión, José Jerí se propone «recuperar la paz, la tranquilidad y la confianza de millones de peruanos». «Las guerras se ganan con acciones, no con palabras», ha afirmado.
Según recoge el decreto del Gobierno, será la Policía Nacional del Perú la que se encargue de mantener «el control del orden interno, con apoyo de las Fuerzas Armadas, para hacer frente a la criminalidad y otras situaciones de violencia». Asimismo, los ciudadanos deberán solicitar «el permiso correspondiente antes las autoridades» para «la realización de las actividades religiosas, culturales, deportivas y no deportivas de carácter masivo y público».
Por otra parte, mientras esté vigente el estado de emergencia, permanecerán «en sesión permanente» el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC), los Comités Regionales de Seguridad Ciudadana (CORESEC) y los Comités Distritales de Seguridad Ciudadana (CODISEC) de Lima y Callao, así como el Consejo Nacional de Política Criminal (CONAPOC).
En lo que respecta a los centros penitenciarios, se limitarán las visitas a los reclusos y se ejecutará un «apagón eléctrico en las celdas, permitiendo únicamente la iluminación», además de acometer el «desmontaje y destrucción de antenas de telecomunicación ilícita».
El Congreso de Perú votó hace cinco días una iniciativa para someter al presidente a una moción de censura, aunque no salió adelante. Se produjo sólo seis días después de su nombramiento, motivada por la represión policial del día anterior en las movilizaciones de Lima para protestar contra la inseguridad creciente. Los enfrentamientos dejaron un muerto y 120 heridos.
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