Las fuerzas de élite iraquíes ganan terreno al Estado Islámico en las calles de Mosul

Mosul-Estado Islámico-Irak
Soldados de las fuerzas de elite iraquíes en las calles de Mosul (Foto: AFP).

Las fuerzas de élite iraquíes retomaron este viernes la ofensiva contra la ciudad de Mosul, último bastión del grupo Estado Islámico (EI) en Irak, donde según informes de la ONU los yihadistas ejecutaron a decenas de personas acusadas de «traición». Mientras tanto en Siria, combatientes apoyados por Estados Unidos seguían avanzando hacia la capital del grupo EI, Raqa, después del fin de una tormenta de arena.

Confrontados a una feroz resistencia del EI cuando entraron por primera vez en los barrios situados en el este de Mosul hace una semana, las tropas del Comando Antiterrorista Iraquí (CTS) habían decidido consolidar sus posiciones en la periferia antes de seguir avanzando.

«Nuestras fuerzas lanzaron un ataque contra Arbajiyah. Se están produciendo enfrentamientos», declaró un comandante del CTS, Muntadhar Salem, refiriéndose a una zona en el este de la segunda ciudad de Irak. Estos combates se llevan a cabo «después de unos días de calma», añadió.

Según otro mando de estas fuerzas de élite, Ali Husein Fadhel, la primera zona de edificios de Arbajiyah ya está bajo control. Los combatientes se acercan ahora a Karkukli, otro barrio en el este de Mosul, «pero el asalto completo todavía no se ha lanzado», afirmó.

En un improvisado puesto de mando en una casa de dos pisos, un soldado del CTS utilizaba un iPad para controlar un dron de reconocimiento para poder vigilar a posibles kamikazes. El Ipad mostraba un mapa con casas reconquistadas. Los obuses de mortero caían regularmente en los alrededores del edificio, donde aguardaban las tropas para volver a avanzar.

El EI ejecutó durante la semana a al menos 60 civiles en la ciudad iraquí de Mosul y sus alrededores, acusando a 40 de ellos de «traición» y a los otros 20 de transmitir informaciones al ejército iraquí, informó la ONU. Además de los ataques suicidas, los yihadistas diseminaron explosivos en las calles, viviendas y edificios de la ciudad y construyeron una red de túneles que les permite desarrollar un eficaz guerrilla urbana.

Según estimaciones de Estados Unidos, entre 3.000 y 5.000 yihadistas estarían atrincherados en Mosul. Su líder, Abu Bakr al Baghdadi, les pidió que lucharan hasta el final. Desde el inicio de la ofensiva el 17 de octubre por parte las fuerzas iraquíes, apoyadas por la coalición internacional antiyihadista, sólo las fuerzas de élite iraquíes consiguieron penetrar en Mosul.

Al norte y al este de Mosul, los combatientes kurdos, los peshmergas, arrebataron al EI varias localidades, entre ellas Bashiqa o Bartalla, que fue la mayor ciudad cristiana de Irak. Pero no está previsto que los kurdos entren en Mosul, según las declaraciones del primer ministro iraquí, Haider al Abadi.

En el sur, gran parte del ejército iraquí hizo destacados progresos y se encontraba cerca de la ciudad antigua de Nimrod, a unos 30 km de Mosul. Al oeste, milicias mayoritariamente chiitas se despliegan para cortar las comunicaciones con la vecina Siria. Unas 47.000 personas han huido de Mosul a causa de los combates, según la Organización Internacional para las Migraciones.

 

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