Los 28 miembros de la UE acuerdan dar un paso más en la «autonomía estratégica» conjunta

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Federica Mogherini, Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE. (Foto: AFP)

Los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Unión Europea han acordado «acciones concretas» para «aumentar su autonomía estratégica» para materia de seguridad y defensa, entre ellas «explorar» el potencial de la cooperación estructurada permanente para reforzar la Política de Seguridad y Defensa Común (PSDC) y, para ello, piden que la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común, Federica Mogherini, «cuanto antes» les presente «opciones».

La cooperación estructurada permanente (PESCO, por sus siglas en inglés) es un instrumento previsto en el Tratado de Lisboa pero nunca utilizado hasta ahora, que permitiría a un grupo de países avanzar por su cuenta en el desarrollo y adquisición de capacidades de defensa o llevar a cabo una operación si se aprueba por una mayoría cualificada de países, un instrumento que España, Francia, Alemania e Italia han venido defendiendo explorar desde hace tiempo y son los países que están empujando el avance en la defensa europea.

Los Veintiocho han respaldado «explorar» esta vía, tal y como les ha planteado Mogherini en el plan de seguridad y defensa que les ha presentado este lunes -en el que les ha instado a destinar más gasto a defensa y que han acogido «con satisfacción»-, para aplicar la nueva Estrategia Global de Política Exterior y de seguridad de la Unión. Esta, presentada en junio en plena crisis tras el referéndum sobre el Brexit, reclamaba una mayor cooperación militar entre los países ante la necesidad de garantizar la autonomía estratégica del bloque de poder actuar para responder a crisis cuando sea necesario. Un mensaje que ha cobrado más relevancia tras la victoria electoral de Donald Trump, que cuestionó en campaña el compromiso de Washington con la defensa de los países europeos de la OTAN que no pagan su cuota.

Mejorar la respuesta rápida

Los Veintiocho se han comprometido a «reforzar la capacidad de la UE para actuar como un proveedor de seguridad y mejorar la política común de seguridad y defensa» potenciando «su capacidad para actuar de manera autónoma, siempre y cuando sea necesario y en colaboración con sus socios, en la medida de lo posible», incluida la OTAN, con la que defienden «avanzar de forma complementaria», respetando la autonomía de cada organización.

Igualmente, han respaldado las tres prioridades de la nueva estrategia global: que la UE pueda responder a los conflictos y crisis exteriores y para ello han acordado poder llevar a cabo varios tipos de operaciones civiles y militares «simultáneamente» y «mejorar la respuesta rápida» a crisis; en segundo lugar, desarrollar las capacidades de sus socios y para ello abren la puerta a apoyarles en áreas como la comunicación estratégica, la lucha contra las amenazas híbridas y la seguridad frontera y, en tercer lugar, proteger a la Unión y sus ciudadanos.

Respecto a la primera prioridad, los Veintiocho han acordado prorrogar el acuerdo interino sobre la financiación común del despliegue de los grupos de combate de la UE «tras su expiración a finales de 2016» y piden a Mogherini que presente propuestas «a mediados de 2017» para reforzar, entre otros, su financiación «eficaz» con el objetivo de potenciar estas fuerzas de reacción rápida que nunca han sido utilizadas por falta de voluntad política y financiación común para costear el transporte estratégico. También se comprometen a «examinar» la financiación en seguridad y defensa de forma más completa para «reforzar la solidaridad».

A fin de mejorar la capacidad de reacción de la UE, los Veintiocho acuerdan «reforzar» las actuales estructuras en el Servicio Europeo de Acción Exterior para planificar y ejecutar las operaciones de seguridad y defensa y piden que Mogherini presente propuestas lo antes posible para garantizar «una capacidad permanente de planificación y ejecución a nivel estratégico para las misiones militares no ejecutivas», para ponerlo en marcha en «en primer semestre de 2017» y «con arreglo al principio de evitar duplicidades innecesarias con la OTAN».

Respecto al objetivo de proteger la Unión y sus ciudadanos, los Veintiocho dejan claro que «la OTAN sigue siendo el fundamento de la defensa colectiva» de los países miembros pero defienden la potencial contribución de la política de seguridad y defensa europea para, por ejemplo, proteger las infraestructuras críticas y la seguridad de las fronteras exteriores y han subrayado la importancia de la cláusula de asistencia mutua y/o solidaridad previstas por los artículo 42,7 y 222 de los Tratado de la Unión.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE tomarán las decisiones finales sobre las propuestas para avanzar en la cooperación en defensa en la cumbre de diciembre.

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