Cómo domesticar un gato
Domesticar un gato es algo sencillo si sabemos cómo animarle con recompensas, a que nos haga caso.
Los gatos son quizás de las mejores mascotas que podemos tener en casa. Un animal que nos da cariño y nos acompaña, pero que también es bastante independiente, de modo que si deseas tener un gato que te obedezca o que no se escape, te recomendamos que sigas leyendo esta guía de pasos en la que te explicamos cómo domesticar un gato.
Mientras que los perros parece que siempre quieren complacer a su «líder de la manada», es importante recordar que los gatos son diferentes. Están mucho más interesados en complacerse a sí mismos, por lo tanto, si deseas que tu gato deje de rascar los muebles, saltar a la superficie de la cocina o escapar por la ventana, deberás ser paciente y respetuoso, y usar refuerzos y recompensas positivos para domesticarle tal y como os explicamos.
Pasos para domesticar un gato
Educar a un gato puede ser fácil o difícil, y no lo sabrás hasta que lo intentes. Los gatos tienen la distinción de ser únicos y muy distintos los unos a los otros de modo que si deseas domesticar al tuyo, debes tener en cuenta estas reglas:
- Él es el maestro. Para domesticar un gato, debes asumir que este siempre hará las cosas si deseas hacerlas, de modo que él decidirá qué aprender y él decidirá cuándo hacerlo: por lo tanto, si está durmiendo por ejemplo, será prácticamente imposible obligarle a que despierte para que te haga caso.
- El reproche no ayuda, por el contrario, solo es contraproducente. Si estás tratando de domesticar a tu compañero felino a no meter las uñas en tus amados sillones, no vale de nada reñirle o gritarle, ya que podrías conseguir un efecto contrario.
- Establece hábitos. Trata de proponer las actividades de entrenamiento siempre de la misma manera, con el mismo tono de voz y al mismo tiempo. Seguir la línea de hábito puede ser muy útil ya que el gato lo entenderá como parte de su rutina y no como una domesticación.
- No te enojes si falla el primer intento, pero involucra al gato de manera activa y positiva: mostrarse enojado no ayudará en absoluto.
- Recompensa a tu amigo de cuatro patas cada vez que realice una acción positiva espontáneamente. Si usa la caja de arena por primera vez, si raspa el poste para rascar en lugar del sofá, debes cogerlo con cuidado y darle su premio favorito. Los gatos aprecian y entienden mejor un refuerzo mucho más positivo que los reproches.
- Especial atención si es un gato callejero. En el caso de que hayas encontrado a tu gato en la calle, seguramente no tendrás domesticación alguna. El proceso aquí será algo más lento ya que poco a poco deberás ganarte la confianza del animal (puedes hacerlo con premios) para que con el tiempo te haga caso.
- El gato debe tener la libertad de moverse a voluntad. Solo así lograrás que no se te escape o que no intente salir por la ventana o por la puerta cada vez que tenga ocasión. A los gatos les gusta merodear e «investigar» lo que les rodea, así que puedes adecuar para ellos un espacio de la casa en el que puedan escalar y explorar el entorno. Es importante que tenga áreas para esconderse y escapar rutas y con ello te aseguras que no escapará de casa.
- Coloca a su disposición un área de descanso elevada, en un área tranquila y aislada de la casa. Los mejores lugares para colocar el área de descanso son los que están protegidos de las corrientes de aire. De este modo, lograrás que se acostumbre a dormir en su sitio y no donde le apetezca. Para que se acerque al área que hayas designado para él, puedes dejar un poco de comida y de este modo se sentirá interesado.
Domesticar un gato siendo cachorro será algo más fácil que si el gato es callejero o ya es mayor, pero no debes desistir y seguir los pasos indicados siempre con paciencia y la esperanza de que con ello, podrás hacer más feliz a tu mascota y a ti mismo.