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Cómo podar los rosales para ser los más bellos de tu edificio

Cómo podar los rosales para ser los más bellos de tu edificio
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Muchas más personas de las que imaginamos tienen rosas en sus casas y, si acabas de mudarte y has heredado un ejemplar, probablemente te preguntes cómo podar los rosales, y en qué época del año deberías encargarte de esta gratificante tarea. Podríamos afirmar, de hecho, que la poda es el principal cuidado de los rosales si nos interesa que florezcan bellísimos.

Más allá de ocuparnos del riego y de la tierra, la poda del rosal es clave para que no desperdicie energía en ramas muertas. Debemos intentar que todos sus nutrientes vayan a los nuevos brotes de flores y así luzcan en su máxima expresión. Generalmente basta con podar una vez al año, por lo que tampoco es una labor que te lleve demasiado tiempo cada semana.

¿Cuándo y cómo podar los rosales?

Ésta es la primera pregunta a la que se debe responder, y los profesionales afirman que el mes de marzo es el mejor para podarlos. Te darás cuenta de que es el momento ideal para hacerlo cuando los días sean un poco más largos, llegando ya al final del invierno.

Suponiendo que vivas en una zona calurosa, puedes adelantar el trabajo y podarlo durante el mes de febrero para adelantarte.

Por otro lado, algunos aseguran que viene bien una poda complementaria, al final del verano, para eliminar los restos de flores marchitas y las maderas moribundas que presenta. Un mantenimiento básico que le permitirá soportar el frío que ya se avecina.

¿Qué hace falta para podar los rosales?

Lo único indispensable para podar rosas es la típica tijera de jardinería. No obstante, en virtud de la especie y sus dimensiones, puede que necesites varios tipos de tijeras. Por ejemplo, una tijera bypass para cortar las ramas más finas o una tipo yunque para limpiar las más gruesas. Esto dependerá también de tus conocimientos en la materia. De lo contrario, bastará con la tijera tradicional.

En todos los casos, eso sí, tienes que ponerte guantes porque tanto las tijeras como las ramas del rosal son peligrosas de manipular. El riesgo existe, e incluso los más avezados en la materia pueden acabar haciéndose daño si no son precavidos. Procura realizar siempre cortes oblicuos, ya que eso reduce las posibilidades de una lesión o herida, y causa menos daño a la planta.

Paso a paso

Las rosas, ya sean rojas, blancas, amarillas, pequeñas o grandes, tupidas o trepadoras, se encuentran entre las plantas de jardín más queridas por los amantes de las flores y las plantas. Podar rosas no es algo simple.

Hoy en día existen más de 20,000 variedades de rosas , que se pueden dividir, dependiendo de cómo crecen y se desarrollan, en 3 tipos:

  • Rosas arbusto
  • Rosas con arbusto y sarmentosa
  • Rosas en miniatura

De este modo, comenzaremos con el primer paso que será saber qué tipo de poda le toca a cada tipo de rosales.

El mes de marzo, al coincidir con el final de la temporada de bajas temperaturas, es el más indicado para podarlos. Sin embargo, muchas personas optan por realizar una segunda poda, menor, antes de que comience el invierno.

  • Corta en bisel y trata de hacerlo sobre las yemas. Al hacerlo por encima de ese punto de un verde más claro que el resto de la rama, te resultará más sencilla la limpieza posterior.
  • Elimina las hojas y las ramas secas, y quita los chupones -los tallos que no dan flor-. Puedes reconocer estos últimos porque sus hojas son verde claro y más pequeñas. Suelen tener espinas, así que ve despacio.
  • En cuanto a las ramas vigorosas, córtalas a la altura de la cuarta o quinta yema. Si no están tan fuertes, a la altura de la segunda. Respeta una distancia de un centímetro entre la yema y el corte, que debe ser de unos 45°.
  • Al finalizar, limpia la base del rosal, añadiendo una capa de dos o tres centímetros de compost. Y puedes pulverizar polisulfuro de calcio para proteger los cortes.

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