Increíble hallazgo en Cantabria: descubre un refugio de la Guerra Civil gracias a las historias de su abuelo
A veces tendemos a pensar que ya lo sabemos todo sobre la historia de España, o que es imposible que seamos capaces de averiguar más aspectos sobre la Guerra Civil. Sin embargo, un importante descubrimiento en Cantabria demuestra justo lo contrario.
Todavía tenemos la suerte de poder contar con testimonios directos de lo que sucedió en España hace ya casi 90 años. Por ello, aún hallamos nuevos detalles y pequeñas historias que nos sirven para entender nuestro pasado.
La prueba de ello es el descubrimiento 80 años después de una cueva que sirvió como refugio después de la Guerra Civil a varios republicanos de Cantabria. No había registros de ella, pero el amor de una nieta que escuchaba los cuentos e historias de su abuelo ha sido suficiente.
El descubrimiento de un refugio de la Guerra Civil perdido durante 80 años
Cantabria está repleto de monumentos y restos arqueológicos espectaculares, pero pocos descubrimientos han sido tan emocionantes como el que acaban de realizar en el escarpado desfiladero de La Hermida.
Allí han encontrado una cueva de poco más de tres metros de largo donde varios milicianos huyeron con el paso de la Guerra Civil. Las dificultades para acceder les permitían leer y dormir sin tener que montar guardia.
Incluso con el equipo adecuado, los encargados del descubrimiento, Jesús Pelayo Mirones y Delia Guardo Verdeja han tenido dificultades para acceder a la cueva. Hacerlo sin materiales y con el estado del desfiladero de hace décadas parece inimaginable.
Hablamos de una cavidad de poco más de un metro de altura excavada en una pared vertical de casi 50 metros de altura. Su localización exacta todavía no ha sido desvelada, para evitar posibles hurtos. Sin embargo, sí que sabemos que se encuentra en el desfiladero de La Hermida, a los pies de los Picos de Europa.
Descubre un refugio en Cantabria gracias a las historias de su abuelo
La cueva fue utilizada después de la Guerra Civil por los guerrilleros antifranquistas Segundo Bores, Mauro Ruiz y Santiago Rey, que formaron parte de la denominada Brigada Machado en Liébana.
Después de que los guerrilleros la utilizasen nadie más había vuelto al refugio debido a la dificultad de acceso. Eso ha permitido que muchas pertenencias hayan aparecido en buen estado.
Por ejemplo, es posible encontrar varios libros personales de los milicianos, además de algún recuerdo de la época. Más allá del valor histórico, su valor sentimental es incalculable.
Este hallazgo habría sido imposible sin la colaboración de Francisco Verdeja Otero, el abuelo de Delia. Sus 93 años le permiten recordar todo lo que sucedió en la posguerra y estuvo en contacto directo con perseguidos como Santiago Rey.
Aunque durante años fue un tema tabú en casa, Delia consiguió que su abuelo fuera relatándole la historia familiar. Gracias a ello, averiguó detalles y descripciones clave para encontrar la cueva.
Durante 80 años se llegó a pensar que este refugio jamás había existido, pero gracias a la perseverancia y escuchar con atención las palabras de los más mayores, se ha podido descubrir un pequeño trozo de nuestra historia.