Parece una vulgar salchicha, pero este embutido aragonés lleva una insólita mezcla de ingredientes única en España
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En España, la variedad de embutidos es enorme. Más allá del jamón, la morcilla, el fuet, el chorizo, la sobrasada y la butifarra, hay muchos más que pueden parecer raros, pero que sorprenden por su sabor. Algunos tienen un aspecto curioso, y otros combinan ingredientes que no todo el mundo se atreve a probar.
Por ejemplo, en Aragón está el clásico Jamón de Teruel, pero hay uno que siempre destaca: una variación de la longaniza tradicional, elaborada con una mezcla única que incluso tiene su propia fiesta. Con todo eso, no probarla sería un error mayúsculo.
Este es el embutido que adoran en Aragón
El famoso embutido que adoran en Aragón es la Longaniza de Graus. Se elabora con al menos un 70 % de carne magra de cerdo (paletilla, lomo…) y el resto se completa con papada, tocino o panceta. Todo se mezcla con un aliño que cambia según el productor, pero que siempre incluye especias como clavo, anís, tomillo, vino oloroso y nuez moscada. Nunca lleva pimentón. Algunos tipos llevan, además, setas como boletus, que le dan un sabor más llamativo.
Se embute en tripa natural, se le da forma de herradura y puede medir desde 20 hasta 70 centímetros. Hay versiones frescas, para cocinar, y otras curadas, que se comen crudas, como un fuet, pero más aromático.
La elaboración de la Longaniza de Graus está en manos de tres casas históricas: Aventín, Melsa y Maella. Cada una conserva su fórmula como si fuera un legado familiar. Algunas llevan más de un siglo produciendo embutidos, y otras datan incluso del siglo XV.
¿Cuáles son los tipos de Longaniza de Graus?
La fresca se cura solo unos días. Se cocina a la sartén, a la brasa o al horno. Por otro lado, la curada puede estar meses secándose al aire hasta que se corta fina y se come tal cual. Eso sí, mejor dejarla a temperatura ambiente un rato antes.
Y luego están las versiones modernas. Con trufa, con trompeta negra, con boletus. Estas son nuevas combinaciones que buscan seducir a quienes ya conocen la tradicional. No obstante, todas tienen lo mismo: buena carne y especias naturales.
La fiesta de la Longaniza de Graus
Cada último sábado de julio, en Graus, el embutido se convierte en protagonista absoluto. Desde 1991 se celebra la Fiesta de la Longaniza, que arrancó en la Plaza Mayor y que hoy es visitada por cientos de personas.
En 1996 batieron un récord Guinness: embutieron una longaniza de más de 500 metros. Y al año siguiente, la asaron entera en una parrilla de 25 metros cuadrados.
Durante el fin de semana, la villa se llena de actividades. Está el Longaniza Fest, donde bares y restaurantes locales preparan tapas y bocadillos con este embutido como ingrediente estrella.
En la Plaza de la Compañía se instalan mesas largas para comer en grupo, beber vino o cerveza y disfrutar del ambiente. Hay música y un mercado artesanal, con muchos productores que buscan destacar con su receta de longaniza.
Es así como lo que empezó como una simple degustación entre vecinos terminó convirtiéndose en un evento lleno de vida.
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