El zasca de la viuda de la última víctima de los GAL al presidente de la API Antonio Rubio

El zasca de la viuda de la última víctima de los GAL al presidente de la API Antonio Rubio
El periodista Antonio Rubio.

Laura Martín, la viuda de Juan Carlos García Goena, la víctima número 27 de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), ha respondido a un tuit de Antonio Rubio, presidente de la Asociación de Periodistas de Investigación (API), con un zasca que lo ha dejado fulminado.

Rubio escribió el 10 de diciembre, para destacar un artículo de una compañera, el siguiente tuit :  “‘La banda terrorista ETA deja de ser un tema tabú para la televisión’, por @milagorriti. Ahora faltan los GAL”.

Y Laura Martín, casada con la última víctima de los GAL, que fue asesinada por la banda parapolicial en Hendaya en julio de 1987, le contestó unas horas después a través de la misma red social: “‘Ahora faltan los GAL’. Y por qué no empiezas tú tratando el tema con respeto? Para dar lecciones sobre el código de buenas prácticas del periodismo hay que practicar con el ejemplo. Consejos doy…..”.

Laura Martín recriminaba a Rubio su falta de profesionalidad y deontología periodística cuando la convenció en 2010 para que colabora con él en una investigación sobre los asesinos de su marido. Según el periodista, con los documentos en su poder darían con la trama terrorista que acabó con la vida de Juan Carlos García Goena.

El reportero elaboró dos reportajes sobre unas supuestas fotos de García Goena, que habían sido realizadas por un colaborador de los GAL, que fueron publicadas en las ediciones de El Mundo de los días 17 y 19 de enero de 2011. La Audiencia Nacional, creyendo que las revelaciones tenían consistencia, reabrió el sumario 9/1989. Las investigaciones siguen abiertas a día de hoy.

Una investigación 

Sin embargo, transcurrido varios años, Laura Martín se percató de que aquello era una pérdida de tiempo y de que la información se debía a una filtración interesada y torticera de un ex policía de los GAL. Aquellas supuestas pruebas, según la viuda, eran un despropósito que no llevaba a ninguna parte. Lo único que conseguían era hacer perder el tiempo al Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y a la Justicia francesa que debía responder a varias comisiones rogatorias de improbable resolución, como finalmente sucedió.

Laura Martín, incluso, se vio obligada con desgana a declarar en dos demandas judiciales, presentadas contra el periodista en Francia y en España.

La viuda también tuvo que pasar por una situación extrema cuando Rubio emprendió una persecución en coche por las calles de Hendaya detrás del vehículo de la esposa de uno de los fotógrafos investigados. ¿Su intención?: dar con el paradero de quien para él era un colaborador de los GAL. Al final, como la persecución, todo resultó una película.

El propio Rubio urdió más tarde una versión estrambótica para relacionar el caso García Goena con el intento de captación de una secretaria del abogado Javier Gómez de Liaño. El periodista escribía en las páginas de su medio: “Se da la circunstancia de que tras la primera reapertura del caso, en junio de 2012, una de las secretarias del despacho de Javier Gómez de Liaño intentó ser captada como ‘colaboradora’ por dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el antiguo CESID. Gómez de Liaño denunció el caso en la misma Audiencia Nacional y sorprendentemente fue archivado”.

Era un planteamiento absurdo porque a la dirección del CNI, en aquellas fechas, los GAL no estaban entre sus prioridades operativas. Era un asunto plenamente amortizado.

El intento de ‘captación’, como ya había desvelado El Confidencial, era real pero el objetivo nada tenía que ver con los GAL: al CNI sólo le interesaban unos clientes rusos del despacho del ex juez de la Audiencia Nacional, como pudieron verificar otros periodistas.

Laura Martín se mostraba contundente cuando reflexionaba sobre los GAL en una entrevista: “Han pasado 29 años y la historia de los GAL aún no está escrita, está incompleta y todavía no se puede pasar página”.

En la actualidad, sigue pensando que la historia está incompleta pero reniega de aquellos trabajos periodísticos que sólo sirvieron para confundirla y aportarle una ilusión hueca. Ese es su mensaje cuando duda de la solidez del “código de buenas prácticas del periodismo” del presidente de la Asociación de Periodistas de Investigación, Antonio Rubio.

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