Vox da por rota la negociación con Guardiola: «O hay acuerdo PP-PSOE en Extremadura o habrá elecciones»

El futuro político en Extremadura es una incógnita por la voladura de puentes entre PP y Vox. Unos y otros se culpan del bloqueo que ha conducido a que, finalmente, el PSOE acceda, contra todo pronóstico, a controlar la presidencia de la Asamblea regional. Es la primera consecuencia de las negociaciones frustradas entre la derecha. La siguiente puede ser la convocatoria obligada de unas nuevas elecciones. Los acontecimientos se han precipitado este martes cuando tras, varias negociaciones, las posturas de ambos partidos han demostrado ser irreconciliables. La oferta de la candidata del PP, María Guardiola, pasaba por conceder al de Vox, Ángel Pelayo Gordillo, ser presidente de la Asamblea regional pero siempre y cuando el partido renunciase a entrar en un Gobierno de coalición, algo que los de Abascal rechazan. La consecuencia es inmediata. Hoy por hoy, Vox da por rotas las negociaciones: «O hay un Gobierno PP-PSOE o habrá elecciones», resumen fuentes de esta formación.

El vicepresidente político, Jorge Buxadé, ya advirtió este mismo martes que «se ha perdido tiempo por el desprecio a los votantes de Vox», y ha remarcado que «para nada hay apego a unos sillones». «Tenemos la experiencia de que con el PP necesitamos estar en el Gobierno para garantizar el cumplimiento de nuestros pactos», ha resumido, confiando aún entonces en que la relación desencallase y se pudiese confirmar el vuelco político en la región.

Conforme pasan las horas, Vox da por prácticamente descartado ese escenario y sólo plantea otros dos, ya sin ellos en la ecuación: un pacto entre PP y PSOE o unos nuevos comicios. Los de Abascal creen que detrás de la cerrazón de Guardiola subyace la intención de Feijóo de presionar al PSOE en su estrategia de que deje gobernar a la lista más votada a nivel nacional. «Lamentamos que la señora Guardiola haya decidido someterse al dictado de Génova y a los criterios políticos que pretende el señor Feijóo para volver a ofrecer al PSOE su oferta de la lista más votada», ha lamentado Buxadé este martes. El PSOE ha recibido la ruptura de las negociaciones retando al PP a que deje gobernar a Fernández Vara.

El PP no ganó las elecciones en Extremadura, pero el apoyo de Vox le resultaría suficiente para gobernar y acabar así con uno de los feudos socialistas por excelencia. La región ha estado gobernada por el PSOE desde las primeras elecciones de 1983, salvo en la legislatura de 2011-2015 del popular José Antonio Monago. El resultado del 28M fue un durísimo revés para Vara, quien, con tres mandatos, había disfrutado los últimos cuatro años de un gobierno con mayoría absoluta. Aunque el PSOE fue la lista más votada, perdió seis escaños y empató a diputados (28) con el PP, que ganó ocho con respecto a las anteriores elecciones. Vox irrumpió por primera vez en el escenario político extremeño con cinco escaños, ahora indispensables para que Guardiola pueda ser presidenta.

Estrategia

La nueva estrategia electoral de Vox, adelantada por OKDIARIO, enmienda de principio a fin la que había seguido desde su irrupción política, y que pasaba por ofrecer su apoyo sin pedir la entrada en los gobiernos. La situación ahora es distinta y el partido entiende que es necesario ir más allá de las meras intenciones programáticas. Hay que tocar poder y demostrar capacidad de gestión. Por ello, los de Abascal avisaron que reclamarían su cuota allí donde sus votos fuesen indispensables. Una táctica que el partido ya ensayó en Castilla y León, donde ocupa la vicepresidencia y tres consejerías, y que la semana pasada se fraguó también en la Comunidad Valenciana, con un acuerdo con el PP que les concede las consejerías de Justicia, Interior y Gobernación y de Agricultura, además de la vicepresidencia de la Generalitat.

Pero la candidata del PP ya repitió en campaña que no quería meter a Vox en el Gobierno y parece no estar dispuesta a romper esa promesa. Y, mientras, los de Abascal insisten en entrar. Guardiola acusó este martes a Vox de «ansias de poder y soberbia al cambio» por querer ostentar consejerías, una actitud que, adviertió, «obliga a ir a elecciones». «No puedo dejar entrar en el Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista», afirmó incluso este martes la candidata, en un discurso sorprendentemente duro. Desde Vox señalan que sus votos «no se regalan» ni  «pueden estar al albur de un chantaje».

Elecciones

El bloqueo de estas negociaciones coloca a Extremadura en el horizonte de la repetición electoral. Vara ya avanzó que su intención era presentarse a la investidura si las negociaciones entre PP y Vox fracasaban. La presidenta de la Asamblea regional, la socialista Blanca Martín, tiene un plazo de 15 días para proponer un candidato a la Presidencia, previa consulta a los grupos parlamentarios.

A partir de ahí, el candidato presentará su programa al Pleno de la Asamblea en los 15 días siguientes a su designación y se procederá a la votación de investidura, algo que debería producirse antes del 20 de julio, es decir, en plena campaña del 23J. Si no obtiene mayoría absoluta, se procederá a una nueva votación dos días después de la primera, en la que se requiere mayoría simple. Si en el plazo de dos meses desde la primera votación ninguno de los candidatos sale elegido, se convocarán nuevas elecciones. Los comicios tendrían lugar en otoño.