Los vetos cruzados entre los socios de Sánchez dificultan a la coalición la búsqueda de apoyos

Los vetos sólo le permiten a Pedro Sánchez sacar los PGE con ERC, el PNV y los partidos minoritarios o hacerlo con Ciudadanos, el PNV y los regionalistas

Pedro Sánchez
Aitor Esteban y Gabriel Rufián en el Congreso de los Diputados durante la sesión de investidura de Pedro Sánchez. (Foto: Francisco Toledo).
Joan Guirado

Los vetos cruzados de los socios del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias dificultan cada vez más, a la coalición socialcomunista, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Tal como avanzó este miércoles OKDIARIO, el PNV rechaza que el Ejecutivo negocie con Bildu a cambio de su apoyo. En Cataluña el veto viene, según ha podido saber este periódico, por parte de Esquerra Republicana. Los de Oriol Junqueras no quieren compartir voto ni con Ciudadanos ni con Junts per Catalunya. La incompatibilidad entre grupos solo deja a Pedro Sánchez dos alternativas: o sacar los PGE con ERC, el PNV y los partidos minoritarios o hacerlo con Ciudadanos, el PNV y los regionalistas.

Tras la ronda de contactos que ha realizado con los principales grupos parlamentarios en la Cámara Baja la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, Moncloa tiene ya todas las cartas sobre la mesa. Sabe con quién puede contar y con quién no. Y con todas esas cartas ahora tiene que saber encajar un puzle en el que no todos los que están dispuestos a ayudar al Gobierno pueden coincidir. Al veto inicial de Podemos y ERC a Ciudadanos, en las últimas horas, sus propios socios se han empezado a vetar entre ellos para capitalizar los beneficios que puedan lograr a cambio del sí.

Los peneuvistas quieren ser el único partido vasco que pueda presumir de haber mejorado el cupo y alardear del resto de frutos que consigan arrancar durante la negociación de los Presupuestos. Los de Andoni Ortuzar, durante la negociación de las diferentes prórrogas del estado de alarma, ya se mostraron disconformes con la negociación que entablaron el PSOE y EH Bildu que acabó con el primer comunicado conjunto de ambas formaciones en el que acordaban el sí de los cinco diputados abertzales a la extensión de la situación de excepcionalidad a cambio de la derogación total de la reforma laboral. Ahora advierten a Sánchez que «o nosotros o Bildu».

Una situación similar ocurre entre Esquerra Republicana y Junts per Catalunya, a pocos meses vista de las elecciones catalanas. Los de Junqueras ya han trasladado a Moncloa que en la ecuación de las cuentas públicas solo puede quedar uno de los dos, después que JxCat, en los últimos días, haya variado su posición inicial y se abra ahora a negociar los Presupuestos con el PSOE y Podemos. ERC, que durante la investidura ya logró la mesa de negociación del referéndum de espaldas a los de Carles Puigdemont, cree que este acercamiento al Gobierno y su moderación pueden ser claves de cara a ganar las próximas elecciones al Parlament.

Además de los vetos del PNV a Bildu y de ERC a JXCat, cabe recordar que Podemos y Esquerra también vetan a Ciudadanos de la negociación. Los de Pablo Iglesias y los de Junqueras no se sienten cómodos sentándose en la mesa con el partido de Inés Arrimadas y no quieren tener ni qué hablar con ellos de su eventual apoyo a las cuentas. Por eso, desde hace días, Iglesias trabaja con una agenda paralela a la oficial del Gobierno, que incluye la negociación con C’s de cara a recomponer la ‘mayoría Frankenstein’ de la investidura. Los morados apuestan por unos Presupuestos progresistas sustentados por las fuerzas separatistas. Justo lo contrario que defendió el PSOE y Pedro Sánchez en campaña, cuando prometía no hacer reposar la legislatura en los separatistas.

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