La verdadera pelea en Podemos es controlar el censo de Vistalegre II
La prensa da cuenta estos días de las riñas dignas de patio de colegio que se traen los de Podemos para desviar la atención de los temas fundamentales como el ‘lío’ parlamentario de su grupo por ausencia de reuniones o la falta de comunicación y coordinación entre unos sectores y otros. Ahora el cónclave de la formación morada ocupa la mayoría del espacio de trabajo y una de las claves se centra en el censo del congreso. Tanto Pablo Iglesias como Iñigo Errejón saben que su triunfo en el próximo Vistalegre II depende de cómo se regule este censo.
Los partidarios de la corriente liderada por el ‘número dos’ de Iglesias defienden que el censo sea abierto, que no se cierre a nuevos inscritos antes de que se celebre el congreso, para que se mantenga abierto durante el proceso y pueda participar el mayor número de gente posible. Ello implica que pudiesen votar los que no son militantes de Podemos. Mientras que los de Iglesias apuestan por hacer todo lo contrario. Cerrar el censo unos días antes del cónclave y que solo pueda votar la militancia.
Al igual que sucede en el PSOE con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias siempre ha obtenido su mayor apoyo en las bases de la formación morada; mientras que Errejón consigue ‘más tirón’ entre aquellos que sin ser militantes también participan en los actos y simpatizan con la formación morada en las urnas. En el primer congreso de Vistalegre, en 2014, el censo permaneció abierto y un total de 107.488 simpatizantes de los 250.000 inscritos eligieron a Iglesias como líder de Podemos. El partido contaría ahora con 441.915 inscritos (que no están obligados al pago de una cuota).
Otro factor clave es que estos 441.915 inscritos tienen niveles muy distintos de participación. Algunos forman parte de los llamados círculos, otros nunca votan en procesos y desde la formación no han cuantificado cuántos estarían ‘activos’ de cara al congreso. De hecho, fuentes cercanas a la formación sostienen que los últimos procesos internos como las pasadas primarias en Madrid pusieron en jaque al censo donde la mitad podría estar inactivo. Se deduce que son personas que se inscribieron en los inicios de la formación y por algún motivo nunca volvieron a participar. Para ello, el secretario de Organización, Pablo Echenique, se comprometió a hacer una ‘limpia’ de este censo con su campaña ‘atarse los cordones’.
Echenique se está recorriendo todas las comunidades organizando actos con los círculos para que, además de que les trasladen sus ideas y se puedan plasmar en el documento definitivo de la formación, pueda confirmar a los inscritos activos y borrar el resto. El primer propósito ya está en el punto de mira de todos los críticos que componen estos círculos que sostienen que «a Iglesias le va a salir gratis su programa de futuro». Los círculos reclaman propiedad intelectual de sus aportaciones y no que directamente se incluyan en el programa de Podemos como si todo hubiera sido idea de Pablo Iglesias.
Por otra parte y respecto al segundo punto expuesto anteriormente, parece que a Echenique no le va a dar tiempo a cuantificar todo el censo antes de la Asamblea Ciudadana Estatal y algunos ya afirman que «quedará en agua de borrajas». A Podemos le interesa de cara a la votación en Vistalegre que se mantenga el actual censo y no que se borren personas. Sostienen que los numerosos procesos internos que se han dado en la formación no han ayudado nada a esto porque «ahora casi es imposible pedir a todos el DNI para validar el registro antes de enero», apuntan fuentes de la formación.
El propio departamento de informática reconoce que en anteriores procesos han sufrido intentos de fraude como el voto masivo desde países como Rusia que «han sido detectados y posteriormente invalidados», aseguran. La formación morada trabaja con sistemas tecnológicos propios además de con colectivos como OpenKratio, auditores de los procesos, y la empresa Agora Voting. El miedo entre los simpatizantes reside en que, finalmente, pueda votar hasta Eduardo Inda como se ha dado el caso este viernes en el manifiesto presentado por la corriente de Errejón.
Desde el partido no descartan que puedan pensar en «darle una vuelta al censo» modificando el concepto de afiliado y simpatizante. Un guiño que responde a la estrategia de ambos bandos y es aquí donde se centrará la peor «pelea de gallos» entre ‘errejonistas’ y ‘pablistas’.