El Supremo confirma los dos años de prisión a Francisco Granados por el ‘chivatazo’ de Púnica
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de dos años de prisión para el ex secretario general del PP de Madrid Francisco Granados por el delito agravado de aprovechamiento de secreto relacionado con el 'chivatazo' que le dio un guardia civil sobre las investigaciones a las que estaba siendo sometido en la denominada 'Operación Púnica'. Se trata de la primera condena firme del exmandatario madrileño.
La sentencia del alto tribunal ratifica la condena impuesta por la Audiencia Nacional en diciembre de 2017 al entender que esta revelación originó un grave daño a la investigación policial, permitiendo a Francisco Granados tomar ciertas cautelas como ocultar un millón de euros en el altillo de la vivienda de sus suegros como luego se comprobó en los registros judiciales.
El Supremo también ha confirmado la condena de dos años de cárcel impuesta al guardia civil José Manuel Rodriguez Talamino, que fue quien dio el soplo, por el delito de violación de secreto agravado; así como la de un año y medio al agente en excedencia de este cuerpo José Luis Caro Vinagre por el aprovechamiento del secreto revelado.
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó en diciembre de 2017 a dos años de prisión a Francisco Granados por el denominado chivatazo de la trama Púnica, el ‘caso Talamino’. El Tribunal le encontró autor de un delito agravado de aprovechamiento de secreto revelado por funcionario público.
En la sentencia de 42 páginas, a la que tuvo acceso OKDIARIO, el tribunal también condenó a dos años de cárcel al agente de la Guardia Civil, José Manuel Rodríguez Talamino y a un años y 6 meses de prisión al guardia Civil en excendencia, José Luis Caro Vinagre.
Según el tribunal compuesto por los magistrados Manuela Fernández Prado, Nicolás Poveda Peña y Ramón Sáez Valcarcel, Rodríguez Talamino “consciente de la importancia de la información para los intereses de Granados, Marjaliza y de su amigo personal José Luis Caro Vinagre decidió avisarles y trasladarles la noticia, sabiendo que violaba el deber de confidencialidad y el secreto de las diligencias, y que la vigilancia visual devendría inútil”.