Sólo PP y Vox evitan apoyar que el Congreso pierda el ‘de los diputados’ para ser «más inclusivo»
La reforma no supondrá cambio en la denominación oficial, algo para lo que habría que cambiar la Constitución


El Partido Popular (PP) y Vox han sido los únicos partidos políticos con representación en la Cámara Baja de las Cortes Generales, que se han mostrado en contra del aval para hablar sólo de Congreso, sin el apellido de los Diputados. Tanto los miembros del Gobierno, PSOE y Sumar, como los socios parlamentarios de Sánchez, se posicionan a favor de una modificación que sólo llegará al reglamento de la Cámara, pero no supondrá cambio alguno en la denominación oficial, ya que para ello habría que modificar la Constitución.
A excepción de PP y Vox, todos los grupos parlamentarios han respaldado la proposición que apela por el cambio de denominación del Congreso de los Diputados para adaptar el reglamento de la Cámara Baja al lenguaje inclusivo y erradicar el sexismo. En esta línea, los socios de Pedro Sánchez han rechazado las enmiendas presentadas tanto por los populares como por los de la formación presidida por Santiago Abascal.
La reforma afectará en exclusividad al texto reglamentario, en el que se visualizará la diferencia entre hombres y mujeres, haciendo mención a «diputadas y diputados» en lugar del habitual masculino genérico, o la Presidencia, Vicepresidencia y Secretarías para sustituir al término presidente, vicepresidente y secretario.
A partir de ahora distinguirá también entre ‘el rey o la reina’ y ‘el presidente o presidenta del Gobierno’, pero estas modificaciones no llevarán aparejadas ningún cambio en el nombre de la institución que seguirá llamándose Congreso de los Diputados, tal y como recoge la Constitución, ni por tanto ningún coste adicional para la Cámara.
La diputada del PP, Marta González, ha denostado la reforma por considerarla una imposición ideológica adoptada sin el respaldo de los especialistas y que generará dificultades sintácticas. Además, ha apuntado fallos en la adición del lenguaje inclusivo en la redacción final del Reglamento, dado que en varios artículos se mantiene el masculino genérico «por descuido o porque es impracticable».
Lourdes Méndez Monasterio, en representación de Vox, ha asegurado que se trata de una maniobra ideológica e ilegítima que impone usos ajenos a la regla gramatical y al consenso lingüístico. «Es un verdadero disparate», ha dicho la diputada, para quien «el feminismo irracional solo hace daño».
Los socios de Sánchez, a favor
Por su parte, los grupos parlamentarios que defienden la reforma han incidido en que no es una corrección gramatical o política anecdótica, sino de un avance fundamental para lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
Andrea Fernández, diputada del PSOE, ha recalcado que el lenguaje no es estático ni pertenece a nadie, pero durante siglos ha habido un «masculino dominante», y ha explicado que la reforma busca introducir el feminismo sin distorsionar el texto. «No es la panacea», ha admitido, pero ha añadido que «es un ejercicio de justicia que servirá para cambiar el imaginario de esta Cámara».
Por su parte, desde Sumar, Esther Gil de Reboleño asegura que «cada palabra inclusiva es una forma de reparación», en este caso para corregir que durante 40 años el Congreso haya ignorado en su Reglamento a las mujeres. Además, ha destacado la fortaleza del lenguaje para construir o destruir realidades y que la modificación planteada no es un adorno, sino una herramienta de cambio.
«Hoy damos un pequeño paso para hacer de esta patria un lugar más habitable para todas. No es suficiente pero es imprescindible», ha destacado Gil de Reboleño, con quien han coincidido los representantes del PNV, Mikel Legarda y Compromís, Águeda Micó, los otros dos diputados favorables a la reforma que han intervenido.
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