Debate del Estado de la Nación

Sánchez a Rajoy en el último Debate de la Nación: «Pise la calle y verá cómo se le complica la historia»

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Debate del Estado de la Nación se vuelve contra Pedro Sánchez. Las acusaciones que, el 24 de febrero de 2015, lanzaba al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, bien podrían ser ahora los reproches contra su propio mandato: «Señor Rajoy y señores del Gobierno, ustedes no confían en aquellos a los cuales gobiernan. ¿Y sabe por qué? Porque ustedes desconocen cómo viven. Señor Rajoy, pise la calle, hable con los autónomos, con las mujeres empresarias, con los jóvenes emigrados, hable también con los interinos hoy parados como consecuencia de sus recortes y hable con los funcionarios. Salga del plasma y en la calle verá cómo se le complica la historia si usted sigue manteniendo que la crisis es historia», aseveraba el líder socialista desde la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados en aquel último debate, hace siete años.

La intervención de Sánchez fue muy crítica contra la gestión de Rajoy, especialmente en el terreno económico. El socialista, que ha llevado a España a la cola de la recuperación y a batir todos los récords de inflación (10,2% en junio, el peor dato de los últimos 37 años), arremetía entonces contra las cifras de desempleo, la precariedad, la deuda, la subida de la luz y del gas – comentada es ahora su frase: «Señor Rajoy, usted le sale muy caro a los españoles» -las «promesas incumplidas» en creación de empresas y puestos de trabajo, las dificultades de los autónomos, el alza de los impuestos… En definitiva, un «destrozo descomunal», exclamaba el socialista como jefe de la oposición: «¡Qué gran fraude, señor Rajoy, su gestión al frente del Gobierno!».

Sánchez incluso acusaba a Rajoy de haber «roto el pacto más importante y del que nadie habla en el debate público español»: «El pacto entre generaciones suscrito durante los treinta y seis años de democracia».

«Un pacto entre generaciones», reprochaba Sánchez, «que decía que, si se estudiaba, se podría encontrar un trabajo digno; que si se trabajaba, se cobraría un salario digno con el que poder llegar a fin de mes; que si se pagaban impuestos, señorías, los españoles podrían percibir unos servicios públicos de calidad; un pacto donde los hijos que somos padres, señorías, sabíamos que nuestros mayores podrían percibir una pensión digna y que nuestros hijos e hijas tendrían unas oportunidades mayores y mejores que las que nosotros tuvimos».

Y sentenciaba: «Hoy en España, señorías, como consecuencia de sus políticas, con veinte años no se encuentra trabajo; con treinta, si se encuentra trabajo, es sin protección social; con cuarenta se es falso autónomo; con cincuenta se corre el riesgo cierto de estar en paro o prejubilado; con sesenta y setenta, se cobra una pensión congelada».

Una retahíla de acusaciones que, siete años después, bien podrían ser atribuidas en el sentido inverso: «Señor Rajoy, pise la calle, porque si hablara cara a cara con la España real vería lo ridículo que resulta su intento de imponer su favorable visión del desastre que ustedes han perpetrado», clamaba entonces Sánchez.

Socios

Más allá de la economía, el ahora presidente del Gobierno, criticado por el uso político de las instituciones, apuntaba también contra Rajoy en ese mismo sentido: «Es curioso, señorías, que siempre que la derecha gobierna en este país usa las instituciones en beneficio propio: la Agencia tributaria, la Justicia, la Radiotelevisión Española… (Rumores). Ustedes convierten todas las instituciones del país no en instituciones justas, sino en instituciones de partido; ustedes son la derecha de siempre, señor Rajoy, la derecha de siempre», exclamaba desatando la euforia de la bancada socialista.

Y otra frase más: «Si tuviera que resumir todos los reproches de su acción de Gobierno en una sola palabra, señor Rajoy, le hablaría de resignación. Usted aspira a que muchos españoles se resignen a un futuro peor que su pasado y al riesgo cierto de que sus hijos vayan a vivir peor de lo que ellos viven, y eso, señor Rajoy, no se lo puedo perdonar».

Incluso acusaba a Rajoy de «ser alérgico a dar la cara» en el Congreso. «¿Tanto le molesta venir?», le preguntó el socialista que, durante cuatro años, se ha negado a convocar el Debate del Estado de la Nación.

En el modelo territorial, Sánchez defendió una reforma «federal» de la Constitución para reconocer las «singularidades» de los territorios. Quien hoy tiene a ERC como principal socio de Gobierno, rechazó, eso sí, «con total contundencia el independentismo que nos llevaría a la inestabilidad y a la ruptura de nuestra convivencia de toda la vida».

En otro momento, animó a «conservar logros alcanzados durante la democracia como la unidad de los demócratas frente al terror». Siete años después, Sánchez ha convertido a Bildu en aliado para mantenerse en La Moncloa y sacará adelante la llamada Ley de «Memoria Democrática» gracias al apoyo de la formación proetarra, justo cuando se cumplen 25 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco.

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