Sánchez entierra con el abuso del Falcon el Código Ético del PSOE que exige «austeridad» a sus cargos

El polémico uso del Falcon y del Super Puma por parte de Pedro Sánchez no sólo supone un motivo de debate político. Además, entra en colisión con el propio Código Ético del PSOE, que exige «austeridad» a sus cargos públicos. Este documento fue aprobado en octubre de 2014, es decir, en los primeros meses de Sánchez como secretario general del partido.

Bajo el título Uso responsable de los fondos públicos relacionados con el desempeño de funciones, el Código Ético de los socialistas detalla las obligaciones que han de cumplir sus cargos públicos y orgánicos con respecto al erario público.

En concreto, el artículo 6.1 dice así: «Los cargos públicos y orgánicos socialistas actuarán siempre bajo los principios de eficiencia y austeridad, limitando los gastos del presupuesto público o del partido generados en el ejercicio de sus funciones y evitando cualquier uso impropio de los bienes o medios puestos a su disposición».

Es más, en el mismo Código Ético, Sánchez impone a sus cargos ciertas exigencias cuando deban «desplazarse a cargo de un presupuesto institucional». En ese caso, se indica, «lo harán preferiblemente utilizando la tarifa que resulte más económica para el erario público o el partido».  «Sólo se admitirán excepciones cuando esta tarifa no esté disponible o cuando el empleo de otros medios sea el único disponible para garantizar la asistencia a reuniones y la representación del partido», se añade, en alusión a los cargos orgánicos.

Polémicas

El uso habitual de las aeronaves oficiales por parte del presidente del Gobierno, incluso para trayectos cortos, ha sido motivo de polémica desde su llegada al cargo. Cabe recordar, por ejemplo, cuando a las pocas semanas de llegar a La Moncloa Sánchez utilizó el Falcon para acudir junto a su mujer, Begoña Gómez, al Festival Internacional de Benicàssim, donde disfrutó de la actuación de uno de sus grupos favoritos, The Killers. O cuando viajó en el helicóptero oficial a la boda de su cuñado, en La Rioja.

En las últimas semanas, las críticas se han recrudecido en plena imposición de recortes energéticos por parte del Gobierno. Apenas unas horas después de que Sánchez anunciase el plan de medidas para «ahorrar energía», el jefe del Ejecutivo se desplazó a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz en Super Puma para coger el Falcon e iniciar una gira por los Balcanes. La distancia entre la Moncloa y el aeródromo es de apenas 25 kilómetros.

También ha resultado polémico el desplazamiento de Sánchez a La Palma, durante sus vacaciones. Pese a encontrarse en Lanzarote, el presidente socialista -como reveló OKDIARIO- obligó al Falcon a realizar dos viajes en vacío para trasladarlo a esa isla, donde mantuvo un encuentro institucional y visitó una carretera. En esos viajes sin ocupante se consumieron 6.000 litros de combustible.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, criticó este fin de semana el abuso de las aeronaves presidenciales y prometió que, cuando gobierne, aprobará un protocolo que lo limite. Feijóo ha asegurado que no lo utilizará para ningún acto político de su partido y avanzó asimismo que sus ministros tendrán que seguir unas normas que delimiten su utilización. «No tendrán tarjeta oro», afirmó.

Las declaraciones del jefe de la oposición han encontrado la respuesta agresiva de Moncloa y Ferraz. El número tres del PSOE, Santos Cerdán, ha tachado de «demagogia y periodismo barato» las denuncias sobre el abuso del Falcon. Por su parte, la nueva portavoz socialista y ministra de Educación, Pilar Alegría, afirmó este lunes que «cuando no hay ideas, no hay proyecto, da paso al populismo y la demagogia».  Los socialistas rechazan la propuesta de Feijóo de restringir el uso de las aeronaves oficiales.