La decisión de Sánchez

Sánchez echó a gritos de su despacho a la ministra Montero tras sentirse «traicionado» por ella

Sánchez Montero
Joan Guirado

El encierro de Pedro Sánchez, que lleva sin dar señales de vida desde el pasado miércoles, está desesperando a los ministros socialistas. Sus colaboradores esperaban noticias suyas este domingo. Saber qué decisión había tomado tras los cinco días de reflexión sobre si debía seguir en el cargo o abandonar la Presidencia. Pero no ha sido así. El estado de ánimo de Pedro Sánchez bascula entre la ira y la decepción absoluta con los suyos, hasta el punto de echar a gritos a la vicepresidenta María Jesús Montero de su despacho como hizo ese mismo miércoles, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes socialistas. «Se siente traicionado por ella», dicen.

Sánchez, que ha pasado todo el domingo recluido en Moncloa -como los días anteriores- junto a su mujer Begoña Gómez y sus hijas, sólo salió de su residencia oficial para correr por la mañana por los jardines del complejo presidencial. Durante el día no cogió el móvil a nadie. Prácticamente no respondió mensajes. El único colaborador con el que tuvo contacto fue Óscar López, su jefe de Gabinete. Éste es el encargado de organizar cualquier escenario que se produzca este lunes.

A lo largo del domingo OKDIARIO contactó con cuatro ministros y dos barones territoriales. Todos dieron la misma respuesta. «Pues no sabemos nada, puede pasar cualquier cosa», decía el jefe de los socialistas madrileños, el secretario general del PSM, Juan Lobato. Adrián Barbón, presidente de Asturias, respondía a la pregunta con la misma contestación trufada de desconcierto: «No sabría decir, es todo muy extraño».

La ministra de Defensa, Margarita Robles, apuntaba que tampoco se atrevía a pronunciarse sobre el desenlace, carente igualmente de información al respecto por parte del presidente: «Todo es posible, porque yo no veo ninguna razón para que se vaya, pero obviamente sólo él puede decidir».

El enfado entre la mayoría de los ministros, sobre todo los que tienen mando en plaza en el partido, es importante. Creen que el presidente «no está actuando bien» y consideran que con su secretismo «demuestra poca confianza» hacia ellos. Aunque en estos días algunos sí se han intercambiado mensajes por WhatsApp con él, a ninguno le ha dado pista alguna de qué decisión iba a tomar.

Partido y Gobierno

Sánchez se ha aislado. Lo demuestra el desconcierto que cunde entre los propios miembros de un Gobierno que, en la práctica, ha quedado paralizado desde que, el miércoles por la tarde, por sorpresa, Pedro Sánchez descolocara a los propios con su «carta a la ciudadanía», en la que anunció que se iba a tomar cinco días para la «reflexión», para decidir si dimitía o seguía en el cargo. Cinco días en los que el presidente ha desconectado de sus ministros, lo que supone dejar en suspenso la acción del Gobierno, un hecho insólito no sólo para la democracia española sino para cualquiera de las homologables en el panorama internacional.

Desde el miércoles, Sánchez también permanece desconectado del partido del que es secretario general, un PSOE temporalmente descabezado –con un jefe ausente en su refugio residencial de Moncloa–. Con ese panorama, el partido celebró el sábado una exaltación del líder sin saber nada del líder. Pedro Sánchez no acudió a la reunión del Comité Federal de los socialistas en la madrileña calle de Ferraz, cita que fue diseñada estrictamente para convertirla en una manifestación de fidelidad al jefe de filas y del Ejecutivo.

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