Formación de Gobierno

Sánchez le dirá a Iglesias que no le hace ministro «por su apoyo a los golpistas»

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tiene claro que no va a sentar en la mesa del Consejo de Ministros al líder de la formación morada.

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Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

No es no. Pablo Iglesias no será ministro del futuro Gobierno de Pedro Sánchez. Y lo sabrá oficialmente por boca del propio presidente en funciones muy pronto, concretamente este martes. El secretario general del PSOE abrirá con Iglesias una jornada de contactos que también le llevará a reunirse con Albert Rivera y Pablo Casado en el Congreso de los Diputados.

Será durante ese encuentro cuando Sánchez le confirmará a Iglesias que no le quiere en la mesa del Consejo de Ministros. El presidente del Gobierno en funciones justificará su decisión por el apoyo y las visitas de Iglesias a la cárcel, para reunirse con los presos golpistas mientras repetía el mantra de que en España existen «presos políticos».

El líder de Podemos reitera desde hace días que «no quiero pensar que el PSOE vaya a vetar a ningún nombre propuesto por nuestra formación a la hora de conformar un Gobierno de coalición, como nosotros tampoco vamos a vetar a nadie». Sin embargo, esa afirmación cargada de buenas intenciones, pero con un fondo lleno de desconfianza, demuestra que la sintonía entre el PSOE y Podemos no es la misma que durante la moción de censura.

Los socialistas sí se ven con capacidad de veto y precisamente el nombre del líder de Podemos es el que tiene más contras. En Ferraz tampoco ven a la formación morada en un Gobierno de coalición como reclama Iglesias. Los que antes eran en el «socio preferente y leal» del Ejecutivo de Sánchez ahora son unos «posibles socios más». La muestra es la indiferencia y la falta de gestos de complicidad a la hora de negociar la investidura.

Las diferencias entre ambos líderes sobre la cuestión catalana es evidente y latente. El presidente del Gobierno en funciones ha subido el tono contra los separatistas, a quienes considera personas «que no son de fiar» y rechaza hasta su abstención para ser investido. A la vez, el de Podemos continúa reclamando una solución pactada en forma de negociación de un referéndum mientras acude a la prisión a visitar a algunos de los que él considera «presos políticos» e incluso habla por teléfono con un fugado de la justicia, como el ex presidente catalán Carles Puigdemont.

«Sería letal»

A Sánchez le preocupa la posibilidad de tener sentado en la mesa del Consejo de Ministros a una persona con iniciativa propia en cuestiones cruciales como la posición gubernamental en relación con el desafío separatista. «Sería letal para la defensa de la unidad nacional y lo que planteamos», aseguran en el entorno de Pedro Sánchez, que un ministro de España pudiese visitar otra vez a Oriol Junqueras en la prisión o viajar hasta Waterloo (Bélgica) para reunirse con Puigdemont. Y es que hay precedente de ello, cuando el pasado otoño, Iglesias se presentó como emisario del Gobierno de Sánchez para negociar los presupuestos con Junqueras en prisión o con Puigdemont fugado.

En campaña electoral, durante un acto junto a Ada Colau en L’Hospitalet, Iglesias aseguró que «no queremos vivir en un país con presos políticos y no queremos que se conozca la democracia española porque haya presos políticos, nos parece un escándalo», palabras contundentes que chocan con la acción exterior de la diplomacia española comandada por el ministro Josep Borrell.

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