Huelga en el País Vasco

El ‘no’ de Podemos a la huelga general del País Vasco provoca su primera crisis interna tras llegar al Gobierno

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Saludo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante la sesión de investidura. (Foto: Francisco Toledo)

Podemos deja la calle por la moqueta del poder. El País Vasco vivirá el próximo jueves una jornada de huelga general por las pensiones, el empleo y los servicios públicos, pero Podemos ha decidido no respaldarla, como venía siendo habitual. Un giro que ha suscitado recelo en parte de los dirigentes morados y, naturalmente, entre los militantes.

El líder del partido en el País Vasco, Lander Martínez, defendió la decisión de Podemos puesto que, según él, no se ha dado margen de actuación suficiente al nuevo Gobierno socialcomunista.

Por el contrario, el cambio de comportamiento ha sido criticado por dirigentes como la coordinadora del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez. «No podemos decir en Euskadi que no hay que ir a la huelga general porque somos parte del Gobierno”, ha declarado en rueda de prensa. “El PSOE no va a cumplir nuestras expectativas a nivel laboral y estoy convencida de ello”, ha añadido.

Rodríguez ha afeado a su partido el rechazo a la huelga con una frase contundente: “Hay que comerse sapos pero, por favor, no digamos que lo sapos están buenos”.

Pero Rodríguez, habitual crítica de la gestión de Pablo Iglesias, no ha sido la única que ha reprochado su viraje a Podemos. El partido celebró a comienzos de semana una asamblea abierta en Bilbao donde varios dirigentes de la formación morada se reunieron con militantes para tratar asuntos internos.

No fue hasta el turno de preguntas cuando se discutió sobre el tema. Fueron varios los militantes que preguntaron sobre la opinión de los políticos presentes acerca del no apoyo a la protesta.

El debate comienza con la intervención de un simpatizante que cuestiona la decisión. Es ahí cuando otro asistente asegura que no entiende que “gente que se dice que dice ser de Podemos» quiera ir a la huelga.

Esta afirmación provoca la polémica y otra de las afiliadas contesta: “Si solamente tenemos que movilizarnos de una manera… me hace reflexionar. Me gustaría no sentirme coaccionada por algunas palabras”.

«Palmeros del Gobierno»

Es el propio diputado Roberto Uriarte el que intercede entre los militantes y asegura que “el partido no está para aplaudir al Gobierno en todo lo que hace” por lo que su papel es el de “seguir indignados”: «Lo que no puede ser es que nos convirtamos en los palmeros de los que están en el Gobierno”, sentencia.

“Soy activista y me he implicado bastante en estas movilizaciones que ahora parece que no sirven para nada”, afea otra de las personas que intervienen. Sin embargo, la paciencia parece agotarse en la organización, que corta al afiliado aludiendo que “están todos de acuerdo”.

Sin embargo, los militantes no se dan por vencidos y pronuncian una pregunta muy clara: “Se puede contestar con un sí o un no. En ese movimiento de llamamiento a la movilización del ciudadano de Podemos, ¿cabe la huelga general del día 30?”. Sin embargo, los organizadores vuelven a excusarse: «Ya hemos tocado este tema”.

Se trata de la primera crisis interna que el partido sufre desde su entrada en el Gobierno de Sánchez. La de aquellos que no entienden que Podemos ya no defienda la lucha en la calle y los que, por el contrario, no lo creen ya necesario.

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