El PSOE pone condiciones: la reforma de la Carta Magna debe partir del Estatuto catalán inconstitucional

prima de riesgo
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Mariano Rajoy ha dado por fin el paso de iniciar los trámites del artículo 155 de la Constitución Española. El PSOE le respalda por el momento, pero con una larga lista de condiciones que se trasladó ya este martes en la reunión que mantuvo el presidente con Pedro Sánchez. Entre ellas, una reforma de la Constitución Española. Pero no una cualquiera: una que parte de permitir recuperar el Estatuto catalán en plenitud, es decir, con los artículos tumbados por inconstitucionales.

La primera de las condiciones impuestas en esa reunión ha condicionado los tiempos de lanzamiento del 155. Sánchez le exigió a Rajoy que diese un primer paso. La expresión interna que se ha utilizado en el PSOE es la de que «no se va a permitir que Rajoy se esconda en Sánchez».

El plan del PSOE pasa por quedarse dos pasos por detrás del presidente. Y eso supuso que no hubiese un acuerdo conjunto de los tres partidos constitucionalistas previo a la declaración de Rajoy de activación del 155. Rivera sí quería. Sánchez solamente si había un pronunciamiento previo de Rajoy.

La siguiente condición de los socialistas es más dura, porque condicionará el propio desarrollo del 155. Este artículo de la Constitución permite una aplicación plena o gradual. Y la segunda opción es la única que cuenta con el respaldo del PSOE. El propio presidente del Gobierno comparte la idea de un 155 muy paso a paso. El problema, sin embargo, puede venir de la respuesta separatista. Porque si los acontecimientos exigen una mayor dureza, habrá problemas para contar con un respaldo férreo y rápido por parte de los socialistas.

De ese modo, cada avance en el 155 tendrá que volver a ser negociado con los socialistas y, sobre todo, tendrá que ser avanzado a los separatistas para permitir que tengan posibilidades de dialogar e incluso de frenar en cada una de las fases. De ese modo, el 155 no consistirá en una inhabilitación plena, sino en un paso a paso a medida que se vayan observando incumplimientos a las exigencias del Gobierno.

El presidente no quiere aplicar el 155 en solitario y, por lo tanto, aplicará ese 155 gradual, algo que dilatará el proceso y, además, el propio desgaste político.

El plan del PSOE no ha dejado, en absoluto, tranquilos a los miembros del PP. Y es que permitirá a los socialistas tensar la negociación en cualquier momento e, incluso, descolgarse si, fruto de desórdenes públicos, vuelve a haber la necesidad de realizar cargas y mantener el control del orden público por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad. El PSOE, de hecho, no ha dejado de subrayar que no quiere volver a a ver actuaciones policiales «represivas», una calificación que en nada se adapta a la realidad pero que se convierte, de este modo, en una puerta trasera para el PSOE: si la CUP tensa la calle y hay que responder, el PSOE puede endurecer el castigo al PP e, incluso, dejar de respaldarle.

Pero, al margen de todo ello, la tercera condición es la que más problemas puede ocasionar al Gobierno. Y es que la reforma constitucional que pide el PSOE parte de aceptar como válido el Estatuto catalán que fue tumbado parcialmente por el Tribunal Constitucional. Un Estatuto que, sin embargo, los socialistas consideran «el punto de encuentro desde el que partir».

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