Los presos no serán sancionados si agreden verbalmente a los funcionarios en sus traslados penitenciarios
El funcionamiento de prisiones se rige por el Reglamento Penitenciario de 1996. En el documento existe una normativa concreta referida a los traslados o salidas de los presos.
Esto suponía que, por ejemplo, si un interno durante un traslado a otro centro insultaba a un guardia civil o durante su estancia en el hospital destrozaba material de la habitación, estos hechos fueran sancionados disciplinariamente por el centro penitenciario. Sin embargo, el cambio supone un cambio drástico en este aspecto que establece que los reclusos ya no podrán ser sancionados en estos casos.
“Como consecuencia de la antigüedad del catálogo de infracciones, y teniendo en cuenta la numerosa jurisprudencia emitida al efecto, se impone una progresiva adaptación interpretativa en materia sancionadora”, explica el documento al que ha tenido acceso OKDIARIO.
Por ello, la nueva normativa establece que “solo se considerará infracción susceptible de sanción aquello que atente contra la seguridad y el buen orden regimentar, lo que difícilmente sucede si la conducta acaece en el exterior del establecimiento penitenciario”.
La decisión es amparada por Interior en la jurisprudencia de algunos jueces. Sin embargo, según comentan fuentes internas a OKDIARIO “se trata de una visión completamente sesgada porque al igual que hay jueces que consideran que lo ocurrido fuera de los centros no es sancionable, otros consideran que sí lo son”.
Asimismo aseguran que este cambio ya está teniendo consecuencias: “La Guardia Civil nos remitió un informe en el que durante la custodia de un interno en el hospital, éste les insulto, amenazó, fue necesario reducirle y rompió varios elementos de la habitación…Ahora con esta instrucción nos han dicho que esto ya no es sancionable”, cuentan.
Funcionarios hartos
Los funcionaros de prisiones no pueden más. Se calcula que cada día se producen al menos dos agresiones en las cárceles españolas. En lo que llevamos de año 19 personas, entre reos y funcionarios, han perdido la vida por sobre dosis o agresiones. No dan a basto y necesitan que interior saque las 3.500 plazas vacantes en el sector.
Por eso recuerdan a Fernando Grande-Marlaska que “tu abandono me puede matar”. Un lema con el que los funcionarios de prisiones piden mejoras laborales y salariales.
La campaña se está llevando a cabo tanto en redes sociales como con manifestaciones en la calle. Los trabajadores consideran que su situación es insostenible y piden al Gobierno su actuación.
En este sentido la nueva normativa podría perseguir también un descenso de los conflictos a nivel administrativo. Al no poder sancionar a los reclusos en sus traslados, los incidentes así producidos no constarían a la hora de realizar un balance que pueda poner en un aprieto al Ministerio de Interior.