El PP asume que mantener el acuerdo con C’s es «muy difícil»

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Albert Rivera. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Albert Rivera dio este viernes por liquidado su acuerdo con Mariano Rajoy y puso una condición para poder recuperar su vigencia: que el PP presente a “algún candidato con una investidura viable”. 

El ultimatum del líder ‘naranja’ fue interpretado como una declaración de guerra entre los populares. “Nuestro candidato es Rajoy”, se apresuró a confirmar el portavoz parlamentario, Rafael Hernando.  Desde la dirección del PP admiten no obstante que mantener el acuerdo será «muy difícil» y asumen también que la advertencia de Rivera irá más allá:  endurecerá su posición de cara a revalidar su apoyo en una nueva investidura.

En el PP se considera que la precipitada ruptura del acuerdo  obedece a una táctica electoral de Ciudadanos de cara a las elecciones vascas y gallegas, en las que los de Rivera no desearían presentarse como ‘socios’ de los conservadores.

Ciudadanos había mantenido que la vigencia del acuerdo se limitaba a la sesión de investidura-previsiblemente fallida- y que, por tanto, expiraría este mismo viernes.  Pero desde el PP se daba casi por hecho que se extendería más allá. De hecho, en el equipo de Mariano Rajoy se entendía que los compromisos del pacto suscrito el pasado domingo eran del suficiente calibre, algunos como la reforma de la ley electoral requieren de un cambio de calado de la Constitución, como para implicar una colaboración más allá de la votación en el Congreso. 

Pero Rivera no esperó ni siquiera a que Rajoy saliese de la Cámara como candidato no investido para subir a la tribuna y volar el acuerdo. 

«Hoy se va a acabar el pacto de investidura que firmamos. Y les voy a decir una cosa muy clara: nosotros estaremos a la expectativa si algún candidato del PP tiene una investidura viable, pero no investiduras que no sean viables, señor Rajoy», advirtió el líder de Ciudadanos. Descartó además estar dispuesto a participar en otros «fracasos», tras el de Sánchez o ahora, el de Rajoy. 

«Si vamos a seguir en este bucle pensando en las sillas y no en las personas o en los españoles, nosotros no vamos a participar de ese teatro», avisó rotundo. De las palabras de Rivera se desprende que sólo reabrirán la negociación en tanto desde el PP se le presente un acuerdo con otras formaciones, un candidato que tenga asegurada la presidencia y que, como prioridad también, acepte las 150 medidas firmadas la pasada semana con Rajoy. 

«Acuerdos de 15 minutos»

El abrupto anuncio de Ciudadanos provocó sorpresa en las filas del PP. Hernando trasladó la indignación en una bronca intervención en el debate en la que aseguró que él no firma “acuerdos de 15 minutos”. 

Diferentes dirigentes consultados afirman que no se esperaban una ruptura brusca. De hecho, recuerdan, la intención era volver a hablar con los de Rivera a partir de la próxima semana, aún con el acuerdo en caliente. Y la disposición de Ciudadanos, creían también, era mantenerlo. 

En la cúpula naranja siempre ha existido cierta ambigüedad sobre los límites temporales del pacto de investidura de Rajoy. “No nos adelantaremos a los acontecimientos, nos reuniremos y tomaremos esa decisión. Vamos a ver qué pasa, qué pasa con el PSOE, si despierta de este letargo y nos dice si va a ayudar a que la situación se desbloquee”, decía hace una semana el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo. 

Algunos dirigentes, como la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, consideraban que el compromiso con el PP era “de contenido” y no hacia una persona, en este caso el candidato Rajoy, con lo que el pacto seguiría siendo “valioso” una vez pasada la investidura fallida, y vigente como pasó con el PSOE. Entonces, ambos socios sí entendieron el conocido como ‘pacto de El Abrazo’  como un acuerdo de legislatura.

El PP cierra filas con Rajoy

La ruptura del pacto ha sido recibida con un indisimulado malestar en el PP. Los populares nunca se han fiado de Rivera, ni tampoco a la inversa. Y esa desconfianza añade ahora todas las incertidumbres sobre lo que pasará en las próximas semanas, incluso una vez pasadas las elecciones vascas y gallegas. 

Pese a la advertencia clara de Rivera, en Ciudadanos creen que “hay partido” después de esos comicios, a los que Rajoy fía también el desbloqueo del Gobierno. Las opciones han quedado sin embargo  diluidas a tenor de lo escuchado en el Congreso: o bien un acuerdo con el PNV si los nacionalistas precisan del respaldo del PP para que su candidato revalide como lehendakari, o unos resultados desastrosos del PSOE que hagan que los de Sánchez reflexionen hacia la abstención.

Ni por las palabras de Aitor Esteban, portavoz peneuvista, ni mucho menos por las de Sánchez, se desprende ánimo alguno de un acuerdo con el PP. Pero en política, se sabe, no todo es blanco o negro, hay grises y matices, y por tanto, también tonos y actitudes que llevan a pensar que un pacto, en otro escenario, sí puede ser posible. 

Aunque prevista, la votación fallida de Rajoy ha sumido a los populares en un cierto estado de shock. Quieren darse un impasse y meditar con prudencia los próximos pasos. La dirección popular se reunirá este mismo sábado para reafirmar el cierre de filas a su candidato y mostrar una unidad sin fisuras. Más necesaria que nunca tras las palabras de Rivera.  El liderazgo de Rajoy no está en duda, insisten, y él será el único candidato en las sucesivas investiduras. «Dos, tres o las que haga falta», sostienen desde el PP. 

El fracaso de la investidura ha puesto en marcha el tic tac electoral. Ahora, se abre un periodo de incógnitas en el que el Rey podrá convocar de nuevo a los representantes políticos en una ronda de consultas o bien, como todo parece indicar, esperar hasta que un candidato le presente un acuerdo cerrado. Esto es, la garantía suficiente de una investidura exitosa. El plazo expira el 31 de octubre y a día de hoy, la aritmética no está de parte de ninguno.

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