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Policías indignados con Marlaska: «Somos el único país que retransmite al mundo sus fallos de seguridad»

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El ministro Fernando Grande-Marlaska, en el Congreso. (Foto: PSOE).
Pelayo Barro

Los agentes de la Policía Nacional no dan crédito con la manera de proceder del Ministerio del Interior a la hora de filtrar con todo detalle las amenazas que han recibido en los últimos días los ministros Fernando Grande-Marlaska y Reyes Maroto, la directora General de la Guardia Civil, María Gámez, y el candidato de Podemos al 4M, Pablo Iglesias. Consideran que se han desvelado detalles de la investigación que han puesto en peligro la labor policial. Y que además, se han revelado fallos de seguridad que han permitido que una carta con balas o una navaja llegue hasta el despacho de un ministro.

España lleva años bajo alerta terrorista de nivel 4, que supone un riesgo «alto» de atentado. Pero eso no ha impedido que varios sobres con balas o armas blancas en su interior consigan pasar todos y cada uno de los controles de seguridad de Correos y lleguen hasta la mesa de la secretaria de un ministro de forma inadvertida. La brecha de seguridad es evidente, pero lo que más ha indignado a los agentes de la Policía es que haya sido el Ministerio del Interior quien haya radiado, filtración mediante, todos estos fallos.

«Somos el único país de occidente que retransmite en tiempo real una amenaza con munición de guerra, incluidas fotos, escáneres, marcas, modelos, operatividad, fallos de seguridad…», recuerdan desde la asociación profesional Policía Siglo XXI. «Nadie en las direcciones adjuntas operativas de la Guardia Civil y la Policía Nacional debería seguir hoy en su puesto», reclaman, aludiendo a las responsabilidades que tendrían que asumir en las altas esferas del Ministerio del Interior.

A juicio de los agentes, en los últimos días se ha producido una serie de errores flagrantes. El primero, permitir que Pablo Iglesias subiese esas fotografías de las cartas con balas a las redes sociales, antes incluso de presentar su denuncia en comisaría. Esa actitud puede poner en alerta al autor de las amenazas, llevándole a abandonar la relajación e incluso a destruir pruebas. De esa manera, la investigación ya quedó tocada.

Desvelados los protocolos de seguridad

Pero además, recuerdan las mismas fuentes, el hecho de que Interior y Correos hayan dado explicaciones públicas para demostrar la veracidad de las amenazas ha puesto al descubierto la cadena de fallos -y los protocolos de seguridad seguidos- que han permitido que unas balas lleguen a los despachos más altos de un Ministerio o de la Dirección General de la Guardia Civil. Información que cualquier persona con mala intención podría utilizar para repetir las amenazas.

«Se ha hecho saber a la gente que se puede hacer llegar una carta con balas o explosivos a un ministro», explica a OKDIARIO Josema Vallejo, portavoz de la plataforma profesional Policías Siglo XXI. A su juicio, se ha dado la imagen «de una república bananera» y se ha culpado «a un vigilante» de una extensa cadena de fallos radiada a los medios desde Interior y desde el Gobierno.

Este tipo de amenazas, recuerda, «ocurren muy a menudo, pero no son conocidas por la opinión pública. Son investigaciones de alto nivel que se llevan en secreto. Esa investigación debe guardar la reserva debida, asegurar la cadena de custodia de la prueba», afirma. En el caso de las cuatro amenazas recibidas por Iglesias, Marlaska, Gámez y Maroto, la gestión «ha sido un despropósito de la A a la Z».

En el caso de Maroto, los detalles filtrados de la investigación llegaron a apuntar que la navaja no fue detectada por los escáneres porque iba protegida por dos discos de CD. Pese a que el Gobierno se apresuró a vincular lo sucedido con el «fascismo», la Policía identificó y localizó horas después al autor. Se trataba de un enfermo de esquizofrenia bajo tratamiento médico que había escrito su nombre y apellidos en el remite de la carta.

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