40 aniversario del 23-F

Podemos exige indultar al delincuente Hasél «como se hizo con Armada, el jefe del 23-F»

Podemos
Pablo Iglesias en el Congreso.
Segundo Sanz

Podemos, uno de los dos partidos que forman parte del Gobierno de la nación, quiere el indulto para el delincuente Pablo Hasél, en prisión tras ser condenado por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona y ser reincidente por otras causas. La formación del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, no sólo ha registrado dicha petición de indulto formalmente (algo sorprendente por parte de un partido del propio Gobierno), sino que además defiende su concesión «como se hizo» con otros casos en el pasado, destacando aquí el que recibió el ex general Alfonso Armada en 1988 por sus problemas de salud y avanzada edad y tras pasar seis años en la cárcel.

Este planteamiento, que ya fue utilizado por Pablo Iglesias para exigir el indulto a los presos del procés, ha circulado estos días por las plataformas online de militantes de Podemos, en vísperas del 40 aniversario del 23-F que se celebra este martes en el Congreso de los Diputados con asistencia del rey Felipe VI. También estará presente Iglesias, junto a Pedro Sánchez y las tres vicepresidentas.

El pasado 30 de diciembre, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 defendió que se indulte a los condenados por el golpe de Estado del 1-O como se hizo con el ex general Alfonso Armada, implicado en el 23-F, y con el ex ministro del Interior José Barrionuevo y el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, sentenciados ambos por su relación con los GAL.

En el caso de Armada, Iglesias dijo que fue «nada más y nada menos» que el «jefe de un golpe de Estado», en referencia al 23-F. La medida de gracia fue aprobada por el Consejo de Ministros en 1988 y a propuesta del entonces ministro de Defensa, Narcís Serra, bajo mandato de Felipe González.

Iglesias subrayó que los indultos «tienen una finalidad muy clara: defender los intereses del Estado, de la democracia y de la convivencia», enfatizó en una entrevista en TVE.

Además, el líder de Podemos no sólo aprovechó para reiterar su posición favorable a indultar a los presos del procés, ya en la calle disfrutando del tercer grado, sino que incidió en que en esos casos del pasado se concedió la medida de gracia a personas de relevancia política y pública.

Indulto «total»

En el caso ahora del rapero Pablo Hasél, Unidas Podemos ha registrado la petición forma de indulto «total» ante el Ministerio de Justicia y ha exigido al Gobierno que se tramite por la vía de urgencia. El presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, confirmó la semana pasada que el escrito se había registrado en coordinación con Diego Herchhoren, abogado del rapero.

Además, Asens apuntó que esta petición de indulto la habían hecho extensible a Valtònyc en coordinación con su abogado Gonzalo Boye. Este otro rapero icono del separatismo catalán, igualmente, se encuentra fugado en Bruselas tras ser condenado por injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo. «Merecemos una democracia sin raperos en prisión ni en el exilio», escribió Asens en su perfil oficial de Twitter.

Los socios se desmarcan

Al acto solemne por el 40 aniversario del 23-F ya avanzaron que no asistirían los socios separatistas y proetarras del Gobierno de coalición, en los que se apoya para articular su mayoría Frankenstein. Así, ERC, Bildu, Junts, el PDeCAT, el BNG y la CUP se han desmarcado de la ceremonia, como suelen hacer en los actos en los que participa el Rey o que conmemoran los aniversarios de la Constitución en la Cámara Baja

La última vez que el Rey estuvo en el Congreso fue el pasado 2 de febrero para asistir a la Apertura Solemne de las Cortes Generales de la XIV legislatura. Un año después, regresa al Palacio de San Jerónimo en esta ocasión para participar en la citada efeméride.

Este martes se cumplirán 40 años de la intentona golpista protagonizada por el entonces coronel Antonio Tejero, que irrumpió con un nutrido grupo de guardias civiles en el hemiciclo del Congreso mientras se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo. En el fracaso del 23-F fue determinante el papel desempeñado por el entonces Jefe del Estado, Juan Carlos I, que se encuentra residiendo desde agosto en Abu Dabi (Emiratos Árabes) para no lastrar el reinado de su hijo, Felipe VI, a raíz de las informaciones e investigaciones judiciales sobre sus negocios en Suiza.

Según sostiene el historiador Roberto Muñoz Bolaños en el libro El 23-F y los otros golpes de Estado, donde analiza las operaciones involucionistas civiles y militares en España entre 1975 y 1986 a partir de fuentes primarias, puede decirse que «queda demostrado a partir de esas fuentes que el general Armada fue autorizado por Juan Carlos I a las 23:30 horas para proponerse a título personal como presidente del Gobierno ante los diputados retenidos en el hemiciclo». La Casa Real adoptó esta decisión para evitar un derramamiento de sangre, si bien Tejero se opuso a ello porque Armada contemplaba que el PCE también tuviera representación en el Gobierno. Después vendría el posterior mensaje de Juan Carlos I en televisión neutralizando el golpe.

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