Sánchez reconoció ante la Ejecutiva del PSOE que gobernar con Podemos, ERC y proetarras es «un lastre»

Pedro Sánchez
Sánchez preside la Ejecutiva del PSOE tras la debacle del 19J.
Joan Guirado

Pedro Sánchez tiene un problema. El lunes, en la reunión de la Ejecutiva Federal, reconoció con sus propias palabras por primera vez algo que los más veteranos y algunos barones hacía tiempo que le venían diciendo: que gobernar con Podemos, los separatistas y los proetarras «es un lastre» para su partido. Fue la única autocrítica que hizo tras la debacle en Andalucía. Un reconocimiento de culpa, por haber permitido descansar la legislatura sobre aquellos con los que juró jamás pactar, que medita enmendar. Pero sin mucha prisa, aunque los presidentes autonómicos socialistas se lo exijan, porque para seguir resistiendo necesita aprobar aún algunas leyes importantes.

Y es que bien es cierto que hasta el momento Sánchez ha optado por no ponerle solución. En su partido hay quien opina que es «porque no quiere» y quien opina que es «porque no puede», rehén de sus propias palabras y decisiones, que le han conducido hasta aquí. Cuando algunos pesos pesados del socialismo, como la ex presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz, le advertían hace unos años. Tras perder el poder en esa región, ahora busca una salida en el corto y medio plazo, mientras calibra las consecuencias que puedan tener sus gestos de cara a la futura legislatura, para revertir sus alianzas.

Ayer mismo, sin ir más lejos, hizo un gesto a Alberto Núñez Feijóo aceptando -aunque sin otorgarle el mérito al líder del PP- la rebaja del IVA de la luz que él le propuso. Aunque al mismo tiempo daba órdenes a sus ministras económicas de dar un hachazo fiscal a las grandes empresas eléctricas, para contentar a Podemos y horas más tarde, en el Palacio de La Moncloa, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, rendía pleitesía de nuevo a la número dos de Pere Aragonés, Laura Vilagrà. La geometría variable llevada al extremo, en un momento de máxima convulsión política y sin saber hacia donde tirar.

En el Partido Socialista son escépticos con las decisiones y el rumbo que está adoptando Pedro Sánchez. Y es que, tal como se comprobó el pasado domingo, ir por el mismo camino que hasta ahora puede suponer un «castigo demasiado importante» en las urnas para el PSOE en las generales, apuntan. Pero sobre todo en comunidades como Comunidad Valenciana, La Rioja, Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón, donde los datos que manejan los barones han hecho saltar las alarmas de que puede ocurrir lo mismo que pasó en Andalucía hace cuatro años. De ahí, que le impriman urgencia en las reflexiones y firmeza en las medidas que adopte.

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