La Generalitat de Cataluña marca líneas rojas a Pedro Sánchez para volver a la «mesa de diálogo»
La Generalitat de Cataluña ha marcado este miércoles varias condiciones al Gobierno, entre ellas avanzar en la «agenda antirrepresiva» y de «desjudicialización», para poder restablecer una «confianza mínima» y retomar las negociaciones entre ambos ejecutivos, cuya relación dista de estar por ahora «descongelada».
Así lo ha afirmado la consejera catalana de Presidencia, Laura Vilagrà, en una rueda de prensa en la delegación de la Generalitat de Cataluña en Madrid, tras la reunión de dos horas esta tarde en la Moncloa con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.
Un encuentro que ha tenía el objetivo, según la Generalitat, de «abordar la situación de bloqueo en las relaciones entre ambos gobiernos», como consecuencia de la crisis por el espionaje político con Pegasus, pero también la «acumulación» de otros hechos que han «deteriorado aún más la confianza», como la baja cifra de inversiones del Estado en Cataluña el año pasado, un 35 % de lo presupuestado.
Aunque ha dejado claro que «no hay motivos para hablar de descongelación o normalización» de las relaciones, el Ejecutivo de Pere Aragonès es consciente de que «los problemas no se solucionan solos» y que es necesario sentarse a hablar.
«Hemos retomado las conversaciones para trabajar para establecer garantías y condiciones nuevas que generen confianza mínima para restablecer las relaciones institucionales y el proceso de negociación», ha afirmado Vilagrà.
«Desconfianza creciente»
Ante esa «desconfianza creciente y pérdida absoluta de credibilidad en el Gobierno», la consejera ha instado a generar un «acuerdo marco del proceso de negociación», que en todo caso «no parte de cero», ya que ha recordado que hace justo un año se aprobaron los indultos a los líderes independentistas encarcelados.
Pero aquello fue «un primer paso» al que le deben seguir «muchos más», ha dicho Vilagrà, que ha explicado que en la reunión de hoy ambos gobiernos han acordado «trabajar en esas garantías», además de celebrar un encuentro entre los presidentes de Gobierno y Generalitat «antes de que acabe el ciclo político», es decir, «antes de las vacaciones de verano».
Vilagrà ha admitido que no se ha concretado fecha y que «se deben cuadrar agendas», pero se ha mostrado convencida de que la reunión se producirá. «No tengo dudas de que será así», ha aseverado.
Entre las condiciones para «restablecer esas relaciones institucionales», la Generalitat reclama al Gobierno iniciar «un proceso para abrir una agenda de desjudicialización del conflicto que debe concluir con una agenda antirrepresiva».
Hoja de ruta
Como «hoja de ruta» para ello, Vilagrà propone como línea a segur el informe del diputado Boriss Cilevics sobre el proceso catalán en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), reclamando así aspectos concretos como la modificación del Código Penal en relación a los delitos de sedición y rebelión.
También la modificación legal en relación al Tribunal de Cuentas, la paralización de los procesos judiciales abiertos contra miembros del independentismo o poner fin a las euro órdenes contra dirigentes independentistas, así como «profundizar» en la negociación entre gobiernos e incluso crear grupos de trabajo paralelos.
«Nos parecería importante abordar estas cuestiones en próximos días y meses. Espero que buena parte de estas propuestas sean incluidas en estas garantías», ha apuntado. «El Gobierno debe decidir si está dispuesto a generar condiciones indispensables para que exista una negociación o no».
Y sobre si este encuentro desbloquea la mesa de negociación Estado-Generalitat, Vilagrà ha avisado de que ésta solo se reactivará cuando se asegure que vaya a tener «resultados». «Hasta que no haya estas garantías sobre la mesa y no establezcamos cuál es el nuevo marco de relaciones, no se va a producir», ha sentenciado.