Pedro Sánchez a sus ministros: «A nosotros no nos va a pasar como a Rajoy con el 155”

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(Vídeo: OKDIARIO)
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez no tiene intención de aplicar el 155 en Cataluña a menos que sea estrictamente necesario. Pero también tiene claro que, en caso de tener que aplicar el mecanismo de intervención de esta comunidad autónoma, lo hará de tal manera que los constitucionalistas no le puedan echar en cara que ha sido blando con los separatistas. Una frase del presidente del Ejecutivo a sus ministros revela la magnitud del plan de aplicación del 155 que baraja el Gobierno socialista: “A nosotros no nos va a pasar como a Rajoy con el 155”.

Una frase que desvela que, pese a que Pedro Sánchez prefiere mantener estables sus alianzas con los separatistas, prepara un 155 duro en caso de ser necesario porque lo contrario supondría perder no sólo los apoyos nacionalistas, sino también a los votantes constitucionalistas.

OKDIARIO ya ha desvelado que efectivamente, el Ejecutivo de Sánchez dispone ya de un plan estudiado y pormenorizado de cómo aplicar ese 155 en caso de que exista un desacato a la sentencia del Tribunal Supremo por el golpe de Estado separatista de octubre de 2017.

Sánchez no ha querido nunca tener que recurrir a la aplicación del artículo 155 de la Carta Magna en Cataluña. Sin embargo, en caso de tener que hacerlo, los socialistas ya tienen diseñado un mecanismo de aplicación del 155 y no es, precisamente, de tipo suave.

Más intervención

El diseño elegido plantea una intervención de la Comunidad Autónoma durante un periodo mayor que el empleado por el ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, si es necesario. Pero, además, también recoge un esquema para ocupar el Gobierno regional con cargos del PSC en Cataluña para, de este modo, evitar que no se mantenga un poder teledirigido desde la Delegación del Gobierno, sino una ocupación real y literal de los cargos del Govern. De nuevo, un esquema más duro que el de Rajoy.

El plan, además, no acota su intervención exclusivamente a la Administración regional, sino que también incluye una posible extensión al control de los Mossos e, incluso, a la televisión pública TV3. El equipo de Sánchez, no obstante, no quiere cruzar esa línea del 155 y de su consiguiente intervención del Ejecutivo catalán, pero lo cierto es que hace meses que preparó este plan para que, si no queda más remedio, se aplique de forma urgente.

Los partidos separatistas son conscientes de la existencia de este plan de Sánchez, sin embargo, también saben que no se trata de una opción prioritaria, sino de un mecanismo de cobertura frente al desastre político que supondría para el presidente del Gobierno el hecho de ver que no es capaz de garantizar la integridad territorial y el cumplimiento de la Constitución en Cataluña.

Los separatistas lo saben y lo asumen. Es más, este plan opera como un incentivo para evitar que ni el PSOE, ni los nacionalistas crucen determinada barrera. Porque los nacionalistas perderían la posibilidad de tener un Gobierno nacional comprensivo con sus exigencias y los socialistas, por su parte, también saben que en caso de aplicar el 155 perderían sus apoyos naturales. Un doble daño que, sin duda, no beneficia a ninguno de ellos.

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