Los mossos golpistas consideran una «miserable persecución» la investigación sobre su actuación el 1-O
En el mismo documento fechado el 27 de noviembre, incluido en los Pepeles de Guilleries, donde consideraban ilegitimo al nuevo jefe de los Mossos, Ferran López, los agentes independentistas que desde mediados de noviembre distribuyen de forma regular unos documentos con alto contenido político, consideran la investigación abierta por la división de asuntos internos del cuerpo —por la inacción de algunos agentes durante la jornada del referéndum ilegal del 1 de octubre— “una miserable persecución de compañeros que estaban de servicio”.
En el documento lamentan que “esta persecución se ha extendido ahora también a otros [agentes] que en su condición de ciudadanos, decidieron ir a ejercer su derecho a voto y fueron agredidos impunemente por efectivos de la Guardia Civil”. También critican “el señalamiento y descualificaciones [sic] al compañero que en su período de vacaciones ha querido estar al lado del presidente en el exilio”.
Esperan, dicen, el apoyo de los sindicatos mayoritarios para hacer frente a la citación de agentes por parte de asuntos internos y “dejen de ser cómplices de los poderes del Estado”.
La carta, que ha llegado a varias comisarias de Cataluña según denuncian varios agentes, denuncia que “el cuerpo de Mossos d’Esquadra está sometido a un implacable acoso por parte del Ministerio del Interior, en amparo del artículo 155 de la CE, de aplicación inconstitucional y antidemocrática”.
Los policías independentistas también defienden a su ex jefe, el mayor Josep Lluís Trapero, a quien consideran se destituyó “sin ningún expediente administrativo y vulnerando su derecho a ser escuchado”.
La misiva finaliza asegurando qué “los Mossos defenderemos las instituciones catalanas y velaremos por garantizar de los derechos y libertades de nuestros ciudadanos”. También exigen “la libertad de los presos políticos”.
Los ‘Papeles de Guilleries’
Éste es uno más de los documentos que ya reproducía OKDIARIO en el que se ponía en cuestión la actuación de sus compañeros policías nacionales y guardias civiles, a quienes les pedían “una reflexión individual” sobre “si su participación en la represión contra una ciudadanía cívica y pacífica se corresponde con los valores de la policía de una sociedad democrática y europea del siglo XXl”.
Los mossos independentistas criticaban la condecoración del jefe del dispositivo del 1-O por parte del Gobierno y la petición de distinción por parte de Ciudadanos de todos los agentes desplazados, ironizaban, por su “encomiable” actuación.
También criticaban que su presencia ha tenido un coste de “80 millones de euros” y aseguraban que “con su equipaje se llevan un resultado de más de 1.000 personas pacíficas y desarmadas heridas de diferente consideración, como consecuencia de unas cargas desproporcionadas que iban en contra de la misma resolución judicial que empleaba la actuación policial”.