Pablo Hasél suma otros seis meses de cárcel por dar esta brutal paliza a un periodista

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias van a tener que darse mucha prisa en conceder el indulto a Pablo Hasél, porque se le acumulan las condenas. El rapero se encerró en el despacho del rector de la Universidad de Lérida en junio de 2016 junto a otros activistas de extrema izquierda.

Varios estudiantes habían convocado a la prensa para anunciar que ponían fin a su encierro, pero Pablo Hasél, decidido a mantener la protesta, la emprendió a puñetazos con un cámara de TV3 y otros periodistas, como muestra el vídeo que acompaña a esta noticia.

En una sentencia que aún está pendiente de recurso, el rapero fue condenado en junio de 2020 a seis meses de cárcel como autor de un delito de lesiones por estos hechos, que demuestran que no se limita a predicar el odio en sus canciones, sino que además es un personaje extremadamente violento.

Como sus seguidores que, aplaudidos desde el Gobierno por Podemos, se han echado a la calle esta semana a quemar contenedores, apedrear a la Policía y saquear tiendas de lujo. Según el portavoz de Podemos, Pablo Echenique, todas estas actividades delictivas muestran que los manifestantes son firmes defensores de la «libertad de expresión».

Un largo historial de delitos violentos

La Audiencia Provincial de Lérida confirmó el pasado día 12 otra condena de dos años y medio de cárcel a Pablo Hasél (nombre artístico de Pablo Rivadulla Duró) por amenazar de muerte a un testigo de un juicio contra unos guardias urbanos que finalmente fueron absueltos. «Te mataré, hijo de puta, ya te cogeré», amenazó Hasél al testigo para intimidarle, según la sentencia.

El rapero ingresó el pasado día 16 en la cárcel de Ponent de Lérida para cumplir una condena de nueve meses de prisión como autor de un delito de enaltecimiento del terrorismo. El tribunal también le impuso una multa por un delito de injurias a la Corona (que en contra de lo que sostiene Podemos, no le ha supuesto ni un solo día de cárcel).

Hasél no habría llegado a pisar la prisión por esta última sentencia, si no fuera porque acumula ya numerosas condenas por delitos violentos. No es por tanto, en contra de lo que sostiene el partido del vicepresidente Pablo Iglesias, una víctima de la libertad de expresión. El rapero también está investigado por presuntos delitos de allanamiento, desobediencia y resistencia a la autoridad, por el intento de asalto a la Subdelegación del Gobierno en Lérida.

Con este largo listado de antecedentes penales, Podemos intenta utilizar el caso de Pablo Hassel como pretexto para despenalizar los delitos de apología del terrorismo (como reclaman sus socios de Bildu) e injurias a la Corona. No se trata de defender la libertad de expresión, pues Pablo Iglesias pretende que la nueva Ley de Memoria Histórica establezca penas de prisión para quienes muestren la menor simpatía por el bando ganador de la Guerra Civil o por el régimen de Franco.

Mientras Podemos aplaude a los manifestantes violentos que queman el mobiliario urbano y agreden a los policías (ya han más de un centenar de agentes heridos en las protestas de la última semana), Pablo Iglesias no deja de presentar denuncias contra quienes se manifiestan ante su mansión de Galapagar blindada durante las 24 horas del día por un cordón policial.

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