Iglesias traslada a Moncloa que las cargas contra los violentos de Hasél son «inadmisibles»
El vicepresidente Pablo Iglesias también ha reclamado "depurar responsabilidades" entre los altos cargos de Interior responsables de las cargas policiales
Las cargas policiales contra los radicales de la ultraizquierda que bajo el pretexto de apoyar al delincuente Pablo Hasél han sembrado el caos con extrema violencia en varias ciudades de España, ha vuelto a abrir una brecha dentro del Gobierno de coalición. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha trasladado este jueves a Moncloa que las imágenes que se han visto en Barcelona, Madrid, Sevilla, Granada o Lérida son «inadmisibles».
En la misma línea que el portavoz parlamentario podemita, Pablo Echenique, a Iglesias no le gustan «las cargas excesivas» que según él se han producido en distintas manifestaciones. Con esas mismas palabras lo ha puesto en conocimiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que junto a los delegados del Gobierno en las distintas comunidades son los responsables de los dispositivos policiales.
Las diferencias entre los socios de coalición sobre cómo abordar la crisis de seguridad que vive el país provoca fuertes tensiones entre socialistas y podemitas. Desde la formación morada ya han advertido a sus compañeros del PSOE que «no vamos a callar» ante lo que consideran «abusos policiales» porque aseguran «no podemos hacerlo». Iglesias, según las fuentes consultadas, habría exigido a Marlaska «modificar los protocolos» para «no castigar la defensa de la libertad de expresión».
El vicepresidente también ha expresado su malestar a Sánchez y Marlaska por lo que ocurrió hace unos días en Linares (Jaén). Pablo Iglesias habría exigido «que se depuren todas las responsabilidades al más alto nivel» con el fin de «generar confianza a la ciudadanía». Para el líder de la formación morada «lo que hemos visto en las últimas horas no ayuda a crear un clima de tranquilidad hacía la sociedad, por parte de los servidores públicos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
Desde Moncloa, pese a las críticas internas y las expresadas en público por los dirigentes de Podemos, reivindican una vez más «la buena salud» del Gobierno de coalición. Así lo ha expresado la portavoz María Jesús Montero, de visita en Canarias, que una vez más es la encargada de intentar calmar las aguas revueltas. La ministra de Hacienda ha reducido las diferencias entre socios «a lo normal entre grupos parlamentarios distintos». Una posición que choca radicalmente con la que ha expresado la vicepresidenta primera Carmen Calvo y la que expresan en privado desde el PSOE.
Evitar la acusación judicial
Los ministros de Podemos también quieren que el Gobierno, ante la detención de varias personas en estas manifestaciones, no se persone como acusación popular por la violencia ejercida contra los funcionarios públicos de la Policía, contra los que lanzaron adoquines, botellas de cristal e incluso extintores. Los de Pablo Iglesias «esperan» de la Fiscalía, que dirige la socialista Dolores Delgado, que tampoco actúe de oficio contra los detenidos que este jueves pasan a disposición judicial.
Apoyo a «las víctimas»
Más allá de no actuar en los tribunales contra los violentos radicales, los morados, quieren también que el Gobierno acompañe a «las víctimas» de las cargas policiales. En concreto, desde Podemos, solicitan a sus socios que el Ejecutivo se ponga a disposición de las personas afectadas por los disparos de pelotas de goma o los golpes de porra durante los desalojos, que han requerido atención médica, para «garantizar sus derechos». En definitiva los de Iglesias exigen a Moncloa que defiendan a los ciudadanos frente a los policías si reclaman contra los agentes que les causaron los daños.
Malestar en el PSOE
Desde el PSOE, la actitud de sus socios, en las últimas horas, vuelve a generar «inquietud» y «malestar». Más allá de las consideraciones internas de Iglesias en el seno del Ejecutivo, sin hacerlas públicas, lo que genera malestar en Ferraz y en los dirigentes socialistas son las declaraciones públicas de Echenique o Rafa Mayoral. El partido que dirige Pedro Sánchez cree que «este tipo de manifestaciones son intolerables, no se puede hacer oposición desde dentro del propio Gobierno y menos desgastar así al gabinete». Una vez más tachan de «desleales» a los dirigentes de Podemos.