Los otros cumpleaños ‘redondos’ del Rey Felipe VI
El 50 cumpleaños del Rey Felipe VI supone un hito en su trayectoria personal, aunque durante su vida el ahora Jefe del Estado ha festejado otros aniversarios destacados o en fechas redondas, en los que ha alternado la celebración en actos públicos o de forma privada.
Nacido el 30 de enero de 1968 en Madrid, don Felipe conmemoró como infante sus primeros cumpleaños; a partir de 1975 lo hizo como heredero a la Corona y desde hace tres años y medio en su nueva condición de Rey, con la que llega al medio siglo de vida.
De niño y en la primera etapa de la adolescencia, sus celebraciones fueron en familia y no hubo ningún acto especial por su aniversario, si bien, al cumplir 15, concedió una entrevista a un periódico nacional en la que confesaba: «Cuando sea Rey, me gustaría hacerlo como mí padre».
La ‘celebración’ más simbólica que tuvo don Felipe fue el día que alcanzó la mayoría de edad, momento en el que, ante su padre, juró la Constitución y, con ello, se comprometió a desempeñar sus funciones de heredero al trono.
Fue la primera vez en la historia en la que un príncipe mostraba su acatamiento a las Cortes democráticas, en una sesión solemne a la que asistieron parlamentarios, Gobierno y presidentes autonómicos, incluidos el catalán Jordi Pujol y el vasco José Antonio Ardanza.
Don Felipe llegó a los 20 años coincidiendo con su formación en la Academia General del Aire en San Javier (Murcia) durante un periodo de diez meses. Al ser fin de semana, pudo desplazarse a Madrid y celebró el aniversario con sus padres y hermanas de forma íntima en Zarzuela.
La celebración de los 25 años también fue en familia, con la particularidad de que tuvo lugar en Pamplona, adonde la Familia Real se desplazó para visitar a don Juan de Borbón, ingresado por entonces en una clínica, en la que fallecería dos meses después.
La tuna de la Universidad de Navarra dio la bienvenida a don Felipe interpretando el «cumpleaños feliz» y otras canciones en su honor.
La Familia Real, junto a don Juan, compartieron un menú en el que hubo chuletillas de cordero, uno de los platos preferidos del Príncipe de Asturias.
Por el 30 aniversario, concedió una entrevista a TVE en la que reflexionaba sobre un amplio abanico de asuntos, tanto de ámbito humano como institucional, tres años después de concluir su formación académica.
Por entonces, Felipe de Borbón no se definía como un príncipe heredero «a la espera», ni consideraba «una etapa ociosa» el tiempo que debía transcurrir hasta el relevo de su padre, al que, además de progenitor, veía como «jefe, amigo y consejero».
Fue precisamente con don Juan Carlos con quien celebró en 2003 los 35 años en Bétera (Valencia), visitando el cuartel general de despliegue rápido de la OTAN y compartiendo aperitivo con la tropa, tras conceder una entrevista a la Agencia EFE en la que afirmaba: «Tengo plena conciencia de cuál es mi responsabilidad frente a la Corona, la sociedad española, el pueblo español y, por tanto, en lo que afecta al matrimonio».
Era la primera vez que el Príncipe de Asturias festejaba su aniversario con los militares y no sería la última, puesto que, al cumplir 40, lo hizo en la sede del Estado Mayor de la Defensa, donde habló por videoconferencia con las misiones españolas en Líbano, Kosovo, Sarajevo y Afganistán.
Su idea era haber viajado a Líbano para compartir la celebración con los soldados destinados en este país, pero el mal tiempo impidió el desplazamiento.
Don Felipe confesó sentirse con «ganas de trabajar, en forma y muy feliz», también por el regalo que sus dos hijas, la todavía infanta Leonor y su hermana, Sofía, le habían hecho ese día al cantarle el cumpleaños.
Los 45 los festejó trabajando, en aquella ocasión junto a doña Letizia para inaugurar la feria de turismo Fitur. La sorpresa fue cuando un grupo de mariachis del expositor de México le dedicó las «Mañanitas» con sus guitarras y trompetas.
Al año siguiente volvió a hacer coincidir el 30 de enero con una visita a un cuartel, la Brigada Paracaidista, en Paracuellos del Jarama (Madrid), en el que sería su último cumpleaños como Príncipe.
Ya como Rey, los 47 los viviría a más de 5.000 kilómetros de Madrid, ya que coincidió con un viaje a Etiopía para participar en la cumbre de la Unión Africana. En la cena con los mandatarios africanos, le brindaron una salva de aplausos y, nada más terminar su discurso, apareció una tarta con el «feliz cumpleaños» en español, una sorpresa que Felipe VI agradeció llevándose la mano al corazón.
En 2016, el festejo fue en privado y, hace un año, el escenario fue el Palacio Real, con motivo de la clausura de la conmemoración del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.