La nueva colada de lava del volcán destruye las últimas edificaciones en pie al norte de Todoque
El ‘Cumbre Vieja’ ha provocado el sobresalto de los vecinos de La Palma tras el colapso del cono del volcán en su vertiente norte. La nueva colada formada tras el desprendimiento, con abundante material, ha arrasado las pocas casas que estaban en pie al norte del barrio de Todoque.
Así lo ha informado este domingo el Instituto Volcanológico de Canarias (Invocan), la lava está fluyendo en la zona a una temperatura que alcanza los 1.240 grados.
Según los últimos dados del programa Copernicus de la UE, actualizados en la tarde de este sábado, lava ha cubierto desde que comenzó la erupción el 19 de septiembre un total de 497 hectáreas, afectado o destruyendo hasta el momento 1.281 edificaciones e infraestructuras.
De las infraestructuras dañas por la lava, 1.186 han sido destruidas y 95 han sufrido daños; mientras que hay 497 hectáreas de terreno destrozado y otras 5.576 hectáreas han podido haber sufrido daños.
Respecto a las carreteras, son 38,3 los kilómetros de vías destruidas y otros 3,1 kilómetros que podrían tener daños.
Bloques como casas
El IGME ha publicado esta noche un vídeo grabado sobre el terreno por sus científicos en La Palma muy cerca de la nueva colada, en el que se aprecia la fuerza con la que desciende y el tamaño de los bloques que arrastra, «equivalente a una casa de tras plantas».
El flanco norte del volcán ya había sufrido una ruptura parcial la madrugada previa y terminó por derrumbarse sobre las 19.15 del sábado, de acuerdo con la información facilitada por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
Por su parte, la asociación Volcanes de Canarias, colectivo formado por geólogos y aficionados a la vulcanología que colabora con las autoridades en programas de formación a la ciudadanía, ha advertido de que el volcán ha pasado esta madrugada por una fase con explosiones «altamente ruidosas, energéticas y sostenidas», que han provocado «vibración de suelo, vehículos y cristales» en un radio de hasta seis kilómetros desde el cono eruptivo.