Muere Miguel Barroso, uno de los grandes cerebros del sanchismo

El periodista y directivo de comunicación Miguel Barroso Ayats, que fue secretario de Estado de Comunicación del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y uno de los cerebros del sanchismo, ha fallecido este sábado en Madrid, víctima de un infarto. Tenía 70 años. Fue marido de Carme Chacón, quien también fue ministra con Zapatero y que falleció en abril de 2017.

Miguel Barroso fue uno de los cerebros comunicativos y estratégicos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Pedro Sánchez, en cuyos círculos de Moncloa se ha mantenido como consejero no oficial, pero de alta influencia, en los últimos años. Antes fue influyente estratega en los gabinetes de Felipe González.

Con el paso de los años, esta labor de asesoría de primera línea en la Presidencia del Gobierno la ejerció junto al también comunicador José Miguel Contreras. Ambos fueron dos pesos pesados de la estrategia tanto de José Luis Rodríguez Zapatero como de Pedro Sánchez.

Con Zapatero, la labor de Miguel Barroso fue considerada de gran incidencia en el ascenso al poder del ex líder socialista. Tras las estrategias de imagen y comunicación marcadas por Barroso, íntimamente ligadas a la planificación política del zapaterismo, Pedro Sánchez lo incorporó a su equipo de íntima confianza.

Miguel Barroso fue considerado un cerebro clave en el inesperado resultado que logró Pedro Sánchez en las pasadas elecciones generales del 23 de julio de 2023, en las que logró una presencia parlamentaria suficiente como para impedir que el centroderecha formara gobierno.

Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, ejerció el periodismo en diversos medios, entre ellos El País, cuyo grupo propietario, Prisa, lo promovió a responsabilidades directivas. Fue también miembro de su Consejo de Administración.

Trayectoria en los últimos años

Tras haber sido secretario de Estado de Comunicación, fue nombrado director general de la Casa de América. Este cargo lo ocupó tras ser designado de forma consensuada por las tres instituciones que componen el patronato que rige ese organismo: el Gobierno de España, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.

En los últimos años, con Pedro Sánchez en el poder, la influencia de Miguel Barroso siguió teniendo un gran peso en Moncloa, aunque desde una posición discreta, no pública. A la par, ocupó puestos directivos en empresas de comunicación y publicidad. Así, fue CEO de la agencia de publicidad Young&Rubicam en España. Ha ejercido como director de desarrollo de WPP para Centroamérica y Caribe, con base operativa en La Habana, desde donde pasó a ocupar la dirección de esa compañía en España.

Etapa con Felipe González

La influyente presencia de Miguel Barroso en la cúpula del poder gubernamental socialista se remonta a los años 80, tras la llegada de Felipe González al Palacio de La Moncloa. Como relata el adjunto al director de OKDIARIO, Luis Balcarce, en su libro sobre el grupo Prisa publicado en 2018, Miguel Barroso dio el salto del periodismo a la política en 1982, como «jefe de gabinete del ministro de Educación José María Maravall, donde coincidió con Alfredo Pérez Rubalcaba».

«En 1993 lo repescó el felipismo como asesor de campaña», relata Luis Balcarce. «A Barroso se le atribuye la frase que González dijo en 1993 luego de ganar las elecciones por los pelos a Aznar de He entendido el mensaje de los ciudadanos: quieren el cambio del cambio».

Miguel Barroso formó parte de esa generación del periodismo que vivió la Transición y se alineó con círculos de izquierdas. En su caso, el ejercicio profesional de la comunicación fue ligado, desde muy temprano, a su interés por participar activamente en la política. Miguel Riera, cofundador de la revista El Viejo Topo, recuerda en el libro de Luis Balcarce a ese joven Barroso al que conoció cuando aquella publicación se abría paso en el hervidero de cabeceras de múltiples formatos que enraizaban en la izquierda ideológica. «Era brillante y ambicioso», dijo de él Miguel Riera al recordarlo treinta años después.