La mordaza de Sánchez: Abascal estará diez semanas sin poder preguntarle en el Congreso
«¿Cree usted que los hombres pueden acceder a cualquier espacio reservado a mujeres simplemente manifestando que se sienten mujeres?». Ésa era la pregunta que Santiago Abascal tenía previsto dirigir este miércoles a Pedro Sánchez en la sesión de control en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, Abascal no pudo finalmente formular la cuestión al no disponer de turno en las preguntas al presidente del Gobierno. El líder de Vox, tercera fuerza parlamentaria -con 52 diputados- no podrá preguntar a Sánchez hasta el próximo 30 de noviembre. Habrán pasado entonces diez semanas desde que se dirigió al presidente socialista por última vez. Fue el pasado 14 de septiembre cuando ambos tuvieron su último rifirrafe en el Congreso, tras pedir Abascal la derogación de la ley de cambio climático y criticar las medidas del Gobierno ante la inflación, y acusarle Sánchez de «negacionista».
Es costumbre en el Congreso que tres partidos dirijan sus preguntas al presidente del Gobierno en la sesión de control en el Congreso. El Partido Popular, como principal partido de la oposición, tiene el cupo asegurado. Las otras dos formaciones se turnan de forma rotatoria. Aunque, según el calendario previsto, a Abascal le correspondería preguntar este miércoles, la enfermedad por Covid del presidente del Gobierno, a finales de septiembre, ha provocado un retraso en las preguntas parlamentarias que ha motivado que el líder de Vox no pueda dirigirse a él hasta la siguiente sesión de control. Se da la circunstancia de que esa sesión no se celebrará, en principio, hasta el próximo 30 de noviembre, pues las dos próximas semanas no habrá sesión parlamentaria y la del 21 de noviembre se dedicará al debate de los Presupuestos Generales del Estado. Entre medias, Sánchez tiene previsto además viajar a Bali -para la cumbre del G20- Corea y Marruecos.
Según fuentes parlamentarias, el Gobierno podría haber solicitado a la Mesa del Congreso una ampliación de los turnos de los partidos, dado que el retraso fue motivado por causas propias del presidente. Esto habría dado entrada a Abascal. No ha sido así, y se ha mantenido, como de forma habitual, el turno del PP además de otras dos formaciones que, en esta ocasión, han sido PNV y Bildu.
Críticas
Desde Vox han venido cuestionando este sistema, al considerar que la cuota de la que dispone Santiago Abascal para interpelar al presidente del Gobierno no se corresponde con la representación que los ciudadanos les otorgaron en las urnas.
De hecho, el partido llegó a dirigir, sin éxito, un escrito a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, en el que solicitaban que aquellos grupos parlamentarios de la oposición que tuviesen «una representación igual o superior a 50 diputados» pudiesen dirigirse al presidente del Gobierno «al menos una vez por cada sesión plenaria, en cumplimiento de los principios de representación proporcional y de efectivo control al Gobierno por los grupos parlamentarios de la oposición con una representación que alcance relevancia constitucional». La Mesa del Congreso, donde PSOE y Podemos suman mayoría, ignoró la propuesta.
En el escrito, al que ha tenido acceso OKDIARIO, Vox denunciaba que el actual reparto «puede suponer una vulneración» de la propia Constitución, en tanto en cuanto «supone una limitación al ejercicio de una de las principales manifestaciones de la función de control del Gobierno a cargo de las Cortes Generales» y alegaba que «esta limitación será tanto más injusta cuanto mayor sea la representación del grupo que no ostenta el liderazgo oficioso de la oposición».
El pasado diciembre, Abascal ya se quejó abiertamente de este sistema. «Entiendo que (Sánchez) se esconda, pero el Congreso, aunque sea por pudor, debería procurar que la tercera fuerza de España pregunte al presidente semanalmente», opinó. Entonces, el líder de Vox estuvo 14 semanas sin poder preguntar.
Fue el Gobierno socialista de Felipe González el que creó la figura del jefe de la oposición y desde 2008 se estableció que el primer partido de la oposición siempre tiene derecho a una pregunta semanal con el jefe del Gobierno y que el resto se reparten las demás.