MEMORIA HISTÓRICA

Moncloa impide a las familias de enterrados sacar fotos en el Valle tras el posado de Sánchez con cráneos

Varias plataformas de izquierdas denuncian la "utilización bastarda de las víctimas" por parte de Sánchez

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Pelayo Barro

El paseo entre cráneos y fémures humanos que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realizó el pasado 4 de abril en el Valle de los Caídos será el único documento gráfico que haya de esas tareas para exhumar e identificar a víctimas de la Guerra Civil. Moncloa ha dado orden de impedir cualquier toma de fotografía o vídeo a los familiares de quienes allí están enterrados, y que sólo fueron invitados después de registrar una queja oficial por el show televisado de Sánchez. Plataformas republicanas han criticado esta prohibición y consideran la visita del socialista una «utilización bastarda de las víctimas».

Sólo Sánchez está autorizado a inmortalizar su visita a los osarios del Valle de los Caídos. Los familiares de quienes allí descansan, sin embargo, no tienen autorización para tomar cualquier tipo de documento gráfico durante la visita. Las cámaras, sólo para el presidente.

Éste hecho ha soliviantado a algunas plataformas y asociaciones de izquierdas y republicanas, como la Asociación Recuperación Memoria Histórica (ARMH), que incluso ha hecho público su malestar. «A ver si nos puede explicar la Secretaría de Estado de Memoria Democrática por qué Pedro Sánchez puede hacerse fotos, vídeos y audios en su visita a las criptas del Valle de los Caídos y los familiares que tienen ahí a sus seres queridos no. ¡Así no!», han denunciado a través de su perfil en redes sociales.

Desde el colectivo del País Vasco Sare Antifaxista se han sumado a las críticas, advirtiendo que en el Valle de los Caídos se producen «sólo publi-visitas a mayor gloria del sistema».

El paso del presidente por esos osarios y la posterior prohibición a las familias -primero de acudir y después de hacerse fotos- es, califican, una muestra de «utilización bastarda de las víctimas y sus allegados». «A nosotras, tras 19 años de trabajo memorialista y sin recibir ninguna ayuda, seguro que no nos invitan», indican.

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Cabe recordar que las propias asociaciones de Memoria Histórica fueron quienes primer se quejaron de la visita propagandística de Sánchez al Valle de los Caídos, al entender que quienes allí reposan son sus propios familiares y a ellos no se les permitía este tipo de visitas.

Fue precisamente la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) quien registró una queja y la hizo pública en un comunicado: ninguno de sus miembros había conocido en persona los «trabajos de exhumación de las criptas del Valle de los Caídos, a los que no han podido acudir ni presenciar los familiares que reclaman la exhumación de un ser querido para trasladar sus restos a un enterramiento familiar».

La asociación presentó la queja ante el registro del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática. El texto afeaba al Gobierno socialista esta visita, en la que también estuvo presente el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, porque a ellos «se les ha impedido» usando «el argumento de que podía ser peligroso para ellos».

Pese a ese argumento, el Gobierno no tardó en dar marcha atrás y cursar invitaciones a los familiares de los enterrados. Moncloa invitó a 160 familias de víctimas inmersas en el proceso de exhumación en el Valle de los Caídos a visitar los trabajos tras estas quejas recibidas.

Los familiares recordaron entonces que «llevamos años peleando por sacar de allí los restos de un ser querido» y lamentaron que «nos enteramos de las exhumaciones por la prensa».

Además, señalaron que sólo «fuimos convocadas por primera vez a una reunión el 10 de julio de 2023» porque Sánchez se encontraban «en plena campaña electoral, en el Palacio de La Moncloa».

En una carta de respuesta, el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, tras las quejas cursó una invitación improvisada a las 160 familias que han solicitado la exhumación para que visitaran el laboratorio forense instalado en el Valle de los Caídos, «con el objetivo de recabar información de primera mano sobre las circunstancias, los obstáculos y los avances de los trabajos». Eso sí, nada de fotos. Las cámaras, sólo para Sánchez.

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