ENTREVISTA EN LASEXTA

Las mentiras de Redondo en ‘La Sexta’: el miedo a Vox, su ‘amiga’ Calvo y su salida de Moncloa

Las mentiras de Redondo en ‘La Sexta’: el miedo a Vox, su ‘amiga’ Calvo y su salida de Moncloa
Iván Redondo, entrevistado por Jordi Évole.
Luis Balcarce

La figura del valido ejerce una enorme fascinación en los españoles desde hace siglos porque encarna el lado más oscuro del poder, razón por las que a estos poderosos asesores se les suele atribuir facultades o virtudes de las que en realidad carecen. Por eso Iván Redondo, esa especie de Cardenal Richelieu del sanchismo que concentró más poder que nadie en Moncloa, debería haber sabido que un spin doctor jamás debe salir de las sombras, porque bajo la luz de los focos salen a relucir todos sus engaños. En la entrevista con Jordi Évole en La Sexta, las mentiras de Redondo quedaron al descubierto como cuando derrochó elogios para su archienemiga Carmen Calvo o cuando afirmó que dejó el Gobierno porque «necesitaba vaciarse», un mensaje que como dijo una colaboradora de Évole con acierto, «repitió como un jingle».

Cuando está contra las cuerdas y no hay escapatoria, Redondo no duda en mentir con asombrosa naturalidad al igual que su ex jefe Pedro Sánchez. Por ejemplo, cuando Évole le mostró las imágenes de Sánchez afirmando que «no dormiría tranquilo con Podemos en la Moncloa», Redondo dijo que el presidente no había mentido sino que se refería a un momento de la negociación, algo que no es cierto porque ocurrió al cierre de la campaña electoral del 10-N de 2019 y en aquel momento las relaciones con Pablo Iglesias estaban rotas.

También mintió cuando dijo que Sánchez no utilizó la estrategia del miedo con Vox cuando lo cierto es que el entonces candidato socialista deseaba un debate con Vox en Atresmedia y no uno a cuatro en TVE como finalmente sucedió. Solo hace falta recordar cómo utilizaron la foto de ‘las derechas’ en Colón para que la mentira de Redondo quede al descubierto.

Pero su mayor mentira fue cuando contó cómo lo quisieron convencer para que se quedara. «Me ofrecieron un ministerio. Lo recuerdo porque fue el 21 de mayo cuando murió mi perro Currillo». Fue en una tensa cena con dos emisarios de Sánchez que le fueron a pedir que recapacitase su postura ante la remodelación de Gobierno que se avecinaba. Redondo evitó contar que Sánchez pretendía un contrapeso en el seno del Consejo de Ministros y restarle poder en favor de Félix Bolaños, y el ex jefe de Gabinete no estaba por la labor.

Cartón piedra

Al igual que el calamar, el escapista Redondo utiliza su tinta verbal para distraer a su presa. «Te voy a contar una cosa….», dijo en varios pasajes de la entrevista con Évole para luego no decir nada, exasperando al entrevistador. «Voy a contarte una anécdota…», afirmaba captando la atención del entrevistador para luego colar su mensaje sin venir a cuento como hizo cuando elogió a Carmen Calvo, de la que ha «aprendido mucho». Unos arrumacos poco creíbles como probaron en su día las informaciones de OKDIARIO sobre las maniobras de Redondo para apartar a Calvo del Gobierno.

De lo que no puede escapar Redondo es de sí mismo. Su función principal no fue trabajar por el bienestar de los ciudadanos sino en distraerles con juegos de artificio mientras el país se iba por el sumidero. Y eso es lo que pudo verse en la entrevista con Évole. Una vez lanzada la frase, lo demás es cartón piedra, decorado o si lo quieren performance, como las falsas aldeas felices que Potemkin mandó pintar para impresionar a la emperatriz Catalina II durante su viaje a Crimea en 1787.

En un momento sacó una dama y un peón del bolsillo de la chaqueta como si fuera a hacer un truco de magia: «Yo soy apenas un peón». Redondo finge todo, hasta la modestia. «Los asesores no somos tan importantes», dice quitándose importancia, olvidando que en enero de 2020 concentró dentro de su Gabinete todos los departamentos de asistencia al presidente como asuntos nacionales, internacionales, comunicación con los ciudadanos, la secretaría general de presidencia, la Oficina Económica del Presidente y el Departamento de Seguridad Nacional. A lo que habría que sumarle la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo donde se parió aquella siniestra distopía conocida como Plan 2050.

«Te diré una cosa, algo que jamás he contado: somos amigos de verdad con Sánchez y tenemos una relación sagrada…». Pero es incapaz de responder a una pregunta tan simple como si habla a diario con su ex jefe. «Estamos en contacto», dijo hasta cuatro veces. A la hora de contar por qué Sánchez no contó con él en la remodelación del Gobierno volvió a escabullirse. «Tiene que ver con vaciarte y con los diferentes momentos. No es novedoso. Hubo tres momentos en los que yo fui planteando mi salida», y cuando parece que va a contar algo con sustancia vuelve a fugarse, esta vez con ayuda del torpe entrevistador.

Lo último en España

Últimas noticias