Otro globo sonda en pleno drama migratorio

Más efecto llamada: Sánchez creará una línea presupuestaria para financiar a los nuevos inmigrantes

Un grupo de inmigrantes tras cruzar la frontera en Ceuta. (Foto: EFE)
Un grupo de inmigrantes tras cruzar la frontera en Ceuta. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

En pleno efecto llamada, el PSOE pretende crear un “fondo de financiación” exclusivo para los inmigrantes. No se trata de partidas de aumento del gasto sanitario o educativo para prever el aumento de plazas. Se trata de una figura específica pensada para que los inmigrantes cuenten con un fondo nacional, autonómico y local de recursos que esté a su disposición para “fomentar la plena integración” de los que inmigrantes que lleguen a España.

Presupuestariamente, cuando se dota una partida ya no se puede gastar en otro concepto. Es decir, que queda destinada obligatoriamente al concepto para el que se ha dotado lo que técnicamente se conoce como un “crédito presupuestario”. Pues bien, en el momento en el que se dotasen esos fondos, deberían funcionar de forma aislada y no se podrían destinar al resto de personas en España.

El PSOE recoge este punto de forma expresa en su plan de actuación en materia de inmigración. Allí señala que se debe «crear un Fondo para la financiación de las políticas de integración que, a su vez, represente un marco de cooperación y concertación con administraciones de los ámbitos regional y local, y también con la iniciativa social para la gestión coordinada y concertada de las mismas”.

Traducido: que tanto de las cuentas generales del Estado, como desde las Administraciones Regional y Local se aporten fondos con este fin. Fondos que saldrían del resto de partidas porque España se encuentra aún bajo el protocolo de control del déficit por parte de Bruselas y, por lo tanto, no se nos permitirá expandir aún más el gasto.

Eduación

Una de las grandes partidas dentro de este aporte presupuestario a la inmigración es la educación. Con este fin se prevé un punto especifico: el de “fomentar la plena integración y la igualdad de oportunidades de las llamadas segundas generaciones, dedicando especial atención al refuerzo de la formación educativa: reactivando los programas de acogida educativa para paliar las carencias y necesidades del alumnado extranjero, especialmente en niños y niñas procedentes de la reagrupación familiar”.

Estas partidas deberían ser dotadas para poder contar con medios específicos. Al igual que los créditos presupuestarios destinados a prever “el abandono temprano y el absentismo escolar en centros de educación primaria y secundaria, incluyendo el apoyo a profesionales de la educación, vinculando, en colaboración con los Ayuntamientos, la escuela a su entorno y favorecer la creación de redes de colaboración para generar espacios de convivencia, socialización y pertenencia; apoyando y formando al profesorado en la gestión de la diversidad y en identificación de incidentes o actitudes racistas, xenófobas o discriminatorias”.

La diferencia presupuestaria de estas partidas es clara. Si se destinan más fondos a la escuela o la educación de forma genérica, son los centros educativos los que aplican los fondos dependiendo de las necesidades de los niños, sean inmigrantes o no. Sin embargo, cuando se dotan con esta finalidad sólo pueden ser empleados a este destino.

El anuncio del deseo de crear estas partidas presupuestarias está plasmado en pleno efecto anuncio y efecto llamada a la inmigración. Y justo cuando en España, en medio año han llegado 21.000 inmigrantes de forma ilegal, casi lo mismo que los 24.000 de todo el año pasado.

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