Rajoy pide a sus homólogos del sur que la UE «ayude más al control de las fronteras»

Mariano Rajoy
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. (Foto: EFE)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha subrayado este miércoles junto a sus homólogos de los países del sur de la UE que «la UE debe ayudar más al control de las fronteras» comunes, porque es uno de los retos más importantes que afronta el bloque en su conjunto y ante el cual «no se puede dejar a los Estados nación en solitario porque son temas muy complejos».

Además, Rajoy ha pedido a la UE que prosiga la senda, que ya ha comenzado, de dotar de más recursos a su política exterior para combatir la pobreza en el continente africano y luchar contra las mafias que trafican con personas.

El jefe del Ejecutivo español ha sido junto al italiano quien más claramente ha verbalizado una petición que ha quedado por escrito en la declaración de la cumbre celebrada en Roma, suscrita junto a sus colegas de Italia, Paolo Gentiloni; Francia, Emmanuel Macron; Grecia, Alexis Tsipras; Portugal, Antonio Costas; Chipre, Nicos Anastasiades, y Malta, Joseph Muscat.

Así, Uno de los desafíos fundamentales recogidos en la declaración conjunta suscrita por los líderes es la gestión de la migración, en la medida en que los países del sur de Europa a se sienten especialmente afectados por ser «frente» de entrada de migrantes y refugiados.

«Nuestro papel fundamental y el peso que supone proteger estas fronteras debe ser reconocido y compartido por la UE», han advertido, en un llamamiento al resto de gobiernos de los Veintiocho para que, en conjunto, el bloque redoble sus esfuerzos y haga un frente común para luchar contra las mafias y proteger los Derechos Humanos.

Entre las medidas propuestas figuran «una política migratoria europea común» y la «plena implementación» del acuerdo suscrito con Turquía en 2016, así como potenciar mecanismos de cooperación ya existentes y que tienen a África como principal destinatario. También han abogado por un sistema de asilo común «nuevo y justo», basado en «los principios de responsabilidad y solidaridad».

Crecimiento económico

Rajoy también ha incidido en que el gran objetivo de la UE para los próximos años deben ser el crecimiento económico y la creación de empleo, tras una crisis que algunos países sufrieron con especial intensidad y de la que ahora están saliendo. En este punto, ha aprovechado para poner en valor que España lleva cuatro años creciendo y ha apostado por «perseverar en la política reformista» que ha llevado a cabo.

También se ha marcado como prioridades mantener y mejorar el sistema de bienestar social, «un valor europeo», cerrar «a la mayor celeridad posible» la unión bancaria y mejorar la competitividad de las economías europeas, con medidas como completar el mercado interior, sobre todo de la energía, y el mercado único digital, además de cerrar más tratados de libre comercio.

El jefe del Ejecutivo español también ha destacado, tal como recoge la declaración, la prioridad de combatir el terrorismo, porque «los ciudadanos tienen derecho a vivir sin miedo». También ha dejado claro su apoyo a la organización de consultas ciudadanas, tal como propone la declaración, y a una iniciativa en la que, ha reconocido, no estaban de acuerdo todos los reunidos: que en el Parlamento Europeo haya un número de eurodiputados que se elijan en una lista transnacional europea, algo que cree que puede servir para avanzar en la UE.

Más democracia

Entre los mensajes escuchados este miércoles en Roma se han colado alusiones al refuerzo de la democracia en Europa. Así, los siete países reunidos han respaldado la idea de las consultas ciudadanas sobre «prioridades centrales para el futuro» de la Unión e incluso han sugerido la posibilidad de dichas votaciones puedan ser organizadas a partir de la próxima primavera.

El francés Emmanuel Macron ha avanzado que pedirá al presidente del Consejo, Donald Tusk, que incluya estas consultas en su agenda, y ha reconocido que algunas propuestas, como es el caso de una unión bancaria para una unión presupuestaria aún por definir, tienen el consenso de los gobiernos del sur, pero aún hay trabajo que hacer para convencer a todos los socios.

Por su parte, el griego Alexis Tsipras ha aprovechado para advertir que 2018 debe ser el año de la salida de la crisis –el próximo agosto finalizará el rescate de su país– pero también un año para «evitar repetir errores y las mismas políticas equivocadas», para así prevenir nuevas crisis. En términos similares se ha expresado el primer ministro portugués, Antonio Costa.

Varios primeros ministros han incidido en que la reunión de los países del sur no pretende plantear «quejas» ni tampoco «dividir» ni crear un «bloque» dentro de la UE, sino ofrecer soluciones para el futuro. Así lo ha dicho también el anfitrión, Paolo Gentiloni, quien, además, ha advertido de que hay que aprovechar el momento actual de «coyuntura positiva» en todas las economías europeas para hacer este esfuerzo de convergencia.

En el año en que comenzarán a negociarse las próximas perspectivas financieras europeas, Gentiloni ha recalcado que los países del sur representan un 47 por ciento del presupuesto europeo, de manera que «pueden expresar su voz y tener un papel importante para definir el futuro».

Los jefes de Gobierno de los países del sur volverán a reunirse en marzo en Chipre, según ha avanzado Anastasiades. El gobierno chipriota había previsto una cumbre el pasado 5 de octubre, pero se pospuso porque ni Rajoy ni Macron podían asistir. Tanto Anastasiades como Tsipras han aprovechado para hacer un llamamiento al fin de la división de Chipre, cuya mitad norte está ocupada por Turquía.

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