Joaquín Leguina: «Pedro Sánchez es un caudillo»

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«Pedro Sánchez es un caudillo. Hoy, el PSOE es un partido indiscutible, sin un sólo elemento para objetar», asevera el mítico socialista Joaquín Leguina Herrán. Hombre de Estado, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao, máster en Demografía por el Instituto de Demografía de la Universidad de París, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencias Humanas y Demografía por la Sorbona de París. Fue el primer presidente de la Comunidad de Madrid, de 1983 a 1995 y ocupó la secretaría general de la Formación Socialista Madrileña hasta 1991, año en el que dio relevo a Teófilo Serrano.

Hoy, tras haber sido expulsado del PSOE desde 2022 por haber posado junto a Isabel Díaz Ayuso en una fotografía en un evento de una fundación, reconoce que del Partido Socialista de antes sólo ve el nombre. No quiere pertenecer a lo que es hoy, espera que Pedro Sánchez se vaya algún día; no obstante, asegura haber recurrido su expulsión y, si fuese admitido, regresaría en silencio esperando el día en el que ya no esté el hoy presidente.

Analizando la urdimbre de Pedro Sánchez, abyecta para muchos, admirable para sus fieles, dice que «es un sectario o se comporta como tal». Como culpable de lo que el califica de caudillaje de Sánchez, señala a Susana Díaz. «No hay que tirar nunca a nadie por la ventana, pero si se hace hay que bajar a asegurarse de que el que ha caído está muerto. Ella tiró a Sánchez y no bajó a ver cómo estaba. Vivía y lo que ocurrió es que le ganó por goleada, ha cambiado los estatutos como ha querido y no hay ningún instrumento para discutir. El PSOE es un partido indiscutible». Exégesis que lo resume casi todo.

Recuerda a Albert Rivera, cómo «tomó decisiones por sí y ante sí, y se destruyó el partido». También a Pablo Iglesias y su mismo final, y advierte: «El PSOE va por el camino de la destrucción del mismo modo que lo fueron Ciudadanos y Podemos».

Reflexiona sobre el paroxismo de la crispación en el que anda envuelta España, tiene claro que «lo empezó Zapatero y se ha consolidado con Sánchez», y recuerda que «Sánchez se inventó la fachosfera —ese término tótem con el que se refiere a los que están contra su potestad, palabra mágica para suscitar y aglutinar el odio—. Fue en julio de 2023. «Fachas son todos menos él y sus amigos», explica. Con aplomo dice que los que estuvieron contra Franco ya no hablan de Franco porque el franquismo no existe en España. El problema radica en que hay pocos pensamientos y muchas creencias. Hablamos de fe, de pasión. Lo expone con serenidad, dándole ese peso plúmbeo que tiene.

En cuanto a la oposición, considera que ha cometido varios errores. Uno de ellos que Feijóo no fuera al debate de TVE. Insta al PP a «dejar claro que no se van a comer a nadie si llegan al poder» y a «los intelectuales normales, a convencer a la gente de que no estamos en las vísperas de una guerra civil, que estamos en plena paz y que no queremos guerra».

Le preocupa España, su futuro, la educación de los jóvenes, sus adoctrinamientos. Oscuro porvenir. Mirando a lo acontecido hasta hoy, a los pasos dados y sus trascendencias, no duda de que «la mayor tragedia de España fue la Guerra Civil» y que «lo más grave que ha hecho Sánchez es meterse en la cama con los separatistas».

Mirando a Israel y Palestina, confiesa no saber lo que piensa Pedro Sánchez —teme que él mismo no lo sepa—. Al margen de intenciones, considera que no es el momento adecuado para reconocer el Estado de Palestina.

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