El jefe de la Confederación del Júcar, en julio: «La gente debe colocar una tabla en la puerta si llueve»
La Confederación del Júcar pidió a los ciudadanos "autoprotegerse" ante el riesgo de inundaciones
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La Confederación Hidrográfica del Júcar, el organismo encargado de vigilar los caudales en las zonas afectadas por la DANA en la Comunidad Valenciana, organizó en julio una jornada informativa sobre «medidas de autoprotección» ante las inundaciones. En ella, se ofrecieron consejos a los ayuntamientos y habitantes de las poblaciones en riesgo de crecidas, como las ahora golpeadas por la DANA, para protegerse y evitar daños fatídicos. La Generalitat Valenciana acusa a la Confederación de no avisar con la suficiente antelación de la crecida del caudal en el barranco del Poyo, la zona cero de la tragedia.
El organismo, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera, citó entonces a representante de más de 100 ayuntamientos de la demarcación para darles «soluciones prácticas que pueden ayudar a mitigar o reducir los daños provocados por las avenidas».
El presidente de la Confederación, Miguel Polo, aprovechó su intervención para recordar que en los últimos ocho años «no ha habido un solo año en el que no se haya producido alguna inundación en municipios que son inundables». «Muchas veces sólo pensamos en las presas y las grandes infraestructuras como mecanismos de protección, pero existen muchos mecanismos y maneras de reducir el riesgo de inundación que, a nivel particular, son mucho más sencillas», afirmó Polo.
El responsable de la Confederación del Júcar, organismo al que ahora se señala por su responsabilidad en la tragedia, instó a los propios ciudadanos a protegerse. «En Alcira, cuando hay alertas, la gente retira los vehículos de las zonas inundables. Una vez tenemos la información y conociendo la predicción meteorológica se pueden adoptar medidas de autoprotección, algunas permanentes, como colocar determinados objetos o bienes de valor que fuera de la zona potencialmente inundable. Pero luego hay otras tan básicas, como poner la barrera, la tabla… Toda la vida la gente ponía una tabla para evitar que les entrara agua cuando llovía. Yo eso lo hago en mi pueblo también. Yo no me voy de mi pueblo aunque sea agosto sin poner una barrera en la terraza porque si llueve sé que me va a entrar el agua. Esto es lo que hay que transmitir a la gente. Hacerles conscientes del riesgo de inundación y que hay medidas que tienen que tomar», insistió Polo.
El responsable del organismo dependiente de Ribera avisó: «Quiero dejar claro que no es que la Confederación no haga nada, trabajamos en implementar las medidas que nos corresponde». Además, se detuvo especialmente en defenderse frente a quienes critican que el problema de las crecidas es la insuficiente limpieza de los cauces de ríos y barrancos.
«Recibimos miles de críticas por la vegetación de los cauces y si están sucios», reconoció Polo. «Los cauces pueden estar sucios de basura, pero no de vegetación (…) nunca vamos a eliminar la vegetación de los cauces de forma indiscriminada», defendió.
Durante la jornada, los ponentes se remitieron a las guías elaboradas por el Ministerio para la Transición Ecológica, en las que se aportan recomendaciones , medidas de prevención, protección y preparación ante inundaciones.
La Jefa de Servicio en Dirección Técnica de la Confederación, Clara Estrela, incidió también en las herramientas de las que dispone las administraciones para reducir la vulnerabilidad de los municipios ante inundaciones. «os sistemas de alerta temprana nos resultan muy útiles para aumentar el tiempo de reacción y tener más información sobre este tipo de fenómenos, pero debemos complementarlo con otras acciones preventivas, como pueden ser las medidas de autoprotección, que pueden ser tan simples como colocar barreras en las puertas y ventanas de nuestras viviendas en este tipo de episodios», explicó.
Cruce de acusaciones
En las últimas horas, el Gobierno valenciano y la Confederación Hidrográfica se han cruzado acusaciones en relación a las responsabilidades de la tragedia.
Desde el Ejecutivo de Carlos Mazón se responsabiliza al organismo dependiente de Ribera de no informar adecuadamente, y con la suficiente antelación, de la crecida en el Poyo. La cadena de correos electrónicos remitidos a lo largo de ese día revela que la Confederación sólo informó de una cambiante situación del caudal, con descensos significativos a lo largo de la jornada, hasta dar un aviso definitivo cuando ya varias poblaciones estaban inundadas.
No fue hasta las 18:43 cuando se lanzó el último aviso. Por entonces, la crecida era ya histórica: «Valor de 1.686 m³/s mayor de 150 m³/s con tendencia ascendente a las 18:40h», se emitió desde la Confederación.
La comunicación se acompañó de un aviso escueto: «Para su conocimiento, la crecida está siendo muy rápida. Se continúa el seguimiento desde sala SAIH». Ese valor equivale a 53 veces el caudal del Tajo-Segura, o 4 veces el caudal del Ebro.