La izquierda madrileña jalea una nueva okupación en Chueca que es desactivada a las pocas horas
Una nueva okupación en Madrid acabó como un fracaso de la izquierda madrileña.
La usurpación tuvo lugar este domingo, en el número 5 de la calle Barbieri número 5, bautizado por sus okupas como «Centro Social Transfeminista La Pluma».
Entre otros apoyos a la plataforma impulsora de la okupación se encontraba el diputado regional de Podemos Raúl Camargo, así como vocales vecinos y candidatos de Ahora Madrid como Gerardo García. También decenas de centros okupas mostraron su «solidaridad» con el desalojo, así como el colectivo Alfon Libertad, los promotores de las reinas magas vallecanas (Orgullo Vallekano), La Ingobernable o MadridxMunicipalismo.
Mucha fuerza compañeres! Todo nuestro apoyo.
— Orgullo Vallekano (@orgullovallekas) June 25, 2018
Para esta nueva okupación se llegaron incluso a crear perfiles en las redes sociales y una página web. Además, se difundió un comunicado. Según explicaron sus impulsores, se trataba de poner en marcha nuevo centro social como «un punto de convergencia que pretende contraprogramar al Orgullo oficial con un discurso anticapitalista, antirracista y transfeminista», porque «las disidencias sexuales y de género son armas de guerra contra el cisheteropatriarcado (sic.)».
«Nos han echado»
Sin embargo, a las nueve de la mañana de este lunes reconocían que les «habían echado». Cargaban las tintas contra la empresa ‘Desokupa’ contratada por la propiedad del edificio. Defendían que tenían derecho a mantenerse en el edificio y que la empresa debería haber enseñado una orden judicial.
Antes de ser expulsados anunciaban que «la Pluma es una reivindicación de lo que somos, de lo que el sistema no soporta. Porque nuestras plumas locas, camioneras, bujarras, travestis, no binarias, molestan a quienes quieren asimilarse a un modelo de vida y consumo que establece como norma al sujeto cisgenero y heterosexual», indicaban.
OKDIARIO ha contactado con los dueños del inmueble que prefieren no aportar ningún comentario. «No tenemos nada que decir», se limitan a expresar.