NARCOTRÁFICO

Un informe de Frontex retrata a Sánchez: Algeciras y Valencia ya son puertos francos de la coca

Narcotráfico
Más de 9.000 kilos de cocaína intervenidos en Algeciras. (Foto: EP)
Pelayo Barro

La Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), el organismo encargado de coordinar el control de los límites geográficos de la Unión Europea, constata en un informe que España ya es la segunda ruta utilizada por el narcotráfico mundial para introducir droga en el continente. Lo es, concretamente, por el auge de las entradas de cocaína a través de los puertos de Algeciras y Valencia. Mientras, el Gobierno sigue insistiendo en que su plan para contener al narcotráfico funciona.

«Somos nosotros quienes estamos ganando la batalla al narcotráfico y quien quiera lanzar unas ideas distintas a éstas, que sólo atienda a los resultados». La frase pertenece al número 2 de Interior, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez. Unas declaraciones que han soliviantado a los guardias civiles que luchan contra el narcotráfico en el Estrecho, y que ven como la situación se va de control mientras siguen reclamando más medios técnicos y humanos para realizar su trabajo.

Los agentes dedicados a estas tareas desmienten ese desmedido optimismo por parte de Interior, y dibujan un escenario mucho más preocupante. No están solos en su análisis: Frontex, en un informe sobre riesgos para las fronteras de la UE en 2023 y 2024, señala claramente a los puertos de Algeciras y Valencia como la ruta secundaria del narco en Europa. Ambos puertos recibieron la mayor parte de las 34 toneladas de cocaína que entraron por la península Ibérica (Setúbal, en Portugal, es el tercer puerto de entrada).

«Las nuevas rutas marítimas desde América Latina a puertos del Mediterráneo incrementan el riesgo de tráfico de cocaína en el sur de Europa, convirtiendo la región en un centro de distribución de cocaína entre Europa y Oriente Medio», advierte Frontex.

Hachís e inmigración

La zona del Estrecho, destaca la agencia europea, «continúa bajo un gran impacto del contrabando de resina de cannabis (hachís)». «Las redes organizadas de tráfico de hachís a Europa tienen una infraestructura criminal muy operativa, que puede ser utilizada para traficar a demanda, desde personas hasta mercancías ilegales», destaca Frontex.

Recuerda la agencia europea que el modus operandi es el mismo que ya conoce bien la Guardia Civil: lanchas que cruzan a toda velocidad los 15 kilómetros de distancia entre Marruecos y Cádiz, y abandonan sus cargamentos en el mar o en las costas.

Además, Frontex destaca el papel creciente en estas rutas de «las Islas Canarias», también «usadas por los grupos de crimen organizado para diversificar sus rutas».

Al Estrecho con machetes

Tras el doble asesinato de dos guardias civiles en el puerto de Barbate, sabedores de que el principio de autoridad se ha roto, los narcos del Estrecho se han envalentonado y no dudan en exhibir machetes y subir los vídeos a TikTok. Las imágenes han sido difundidas por la Asociación de Funcionarios de Vigilancia Aduanera (AFVA) del Campo de Gibraltar, que alerta del riesgo creciente en las operaciones antidroga.

En el vídeo que los narcos han publicado -y luego borrado- en las redes sociales se observa a dos jóvenes, machete en mano, simulando cortar cuellos y haciendo gestos desafiantes a la cámara mientras de fondo suena Daddy Yankee. En la goma llevan varias decenas de petacas o garrafas de combustible que luego facilitarán a las mafias que operan entre Marruecos y el sur de España.

La función de los petaqueros es simple: hacer de gasolineras flotantes y nutrir en altamar a las narcolanchas -o narcopateras, cada vez más frecuentes- que cruzan el Estrecho, un apoyo vital para la logística del tráfico de drogas y de seres humanos. Pero se sienten impunes: su actividad sólo se sanciona con penas de cárcel si el valor de los bienes incautados supera los 50.000 euros, por lo que simplemente tienen que hacer cálculos. Si manejan bien ese margen, sólo habrán incurrido en una infracción administrativa.

La Guardia Civil, impotente, viene tiempo reclamando tipificar estos delitos dentro del contrabando. Entre 2018 y 2021, Andalucía requisó casi 600.000 litros de combustible destinado a las narcolanchas, según un informe de la Fiscalía Antidroga.

Además, unas semanas antes, la Policía Nacional desarticuló una organización criminal que operaba a través del río Guadalquivir y que durante un control en la provincia de Cádiz abrió fuego contra los agentes con un AK-47 y dos pistolas desde una furgoneta con más de tres toneladas de hachís. El uso de armamento de guerra se ha generalizado en el Estrecho.

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